Continúa el baile de los políticos traidores de Pozuelo: Hoy sigue el turno, en este Top Ten, con la Coordinadora General que ha vuelto a Pozuelo como MacArthur volvió a Filipinas
Y seguimos con ese Top Ten que tanto está dando que hablar.
Tobby se restriega contra una de las patas de mi Singer, me mira y lanza un ladrido casi inaudible. Tobby está nervioso. Tobby estuvo presente en este encuentro. Entre Manolo y yo en el Valle de las Cañas. Hasta allí fuimos, Manolo me citó allí para contarme algo importante.
Y así llegamos hasta el siguiente traidor político. En este caso. Traidora. Hablo de Pilar Garrido Sánchez.
Me dijo Manolo, “ten cuidado Sira, esta mujer es peligrosa”, “muy peligrosa”. Escuché y callé. Tobby, ladraba.
Unas horas más tarde, bajaba por Luis Béjar y me quedé mirando el actual local que fue la Concejalía de la Mujer y hoy es la sede de una asociación pozuelera. Miré el local y continué hacia La Casica. Allí estaba Maite, mi amiga funcionaria, y me dijo que Pilar Garrido era “siniestra” y que todo el Ayuntamiento de la época de Sepúlveda sabe lo que hizo y no pasó nada contra ella.
Alucina, vecina.
Luego hice una llamada. Y esa llamada me dijo que no hiciese caso a lo que me estaban contando. Ni era peligrosa ni era siniestra. Simplemente era una política traidora. Y ese adjetivo es el que me motivó a incluirla en este top ten.
Porque de los asuntos siniestros, los “silenciados”, los que se pactaron en hoteles o en despachos municipales de antaño; o de las relaciones con las ex de ex alcaldes o variopintas relaciones “dudosas”… De esos temas, me dijo el Capi, hay una línea abierta de investigación periodística donde está llegando tanta documentación que, “mejor no te metas, me recomendó”. Y así lo haré.
Pilar Garrido, tranquila, mujer. Esta notita va de tu espíritu político-traidor, porque de tus acciones ya se encargarán otros. Siempre hay tiempo para todo.
Pero claro, qué vamos a decir de aquella mujer que entró en política de la mano de Jesús Sepúlveda en Pozuelo…
Tengo información contradictoria porque me dicen que ella no era pepera, que llegó porque le interesó a la ex novia del ex Alcalde, que de política “cero”. Que llegó cuando la defenestraron en su Ministerio. Porque ella es funcionaria del Estado… Pero en cualquiera de esos argumentos, Carlos es la palabra más utilizada.
Sea como fuere, lo que es claro y evidente, es que el “pacto” que alcanzaron fue con Sepúlveda. Jesús Sepúlveda. Y ahí todos los informadores coinciden. ¿qué pasó después?
Que la señora Garrido se unió a dos mujeres (cónyuges y familias incluidas) que también tenían y una sigue teniendo, sueldos públicos a costa de todos nosotros. Beatriz Pérez Abraham y Almudena Ruiz Escudero.
Cuentan las malas lenguas que les encanta quedar a “los seis” en un restaurante de la Plaza de España. Que urdían planes contra Sepúlveda primero y después contra Gonzalo Aguado. Que esas noches eran muy prolijas en cuanto a “caminos a seguir” y que las indicaciones las marcaban dos de esos asistentes. Un hombre y una mujer.
Acabada aquella legislatura, Paloma Adrados ni quiso contar con ella ni Garrido se lo pidió. (¿Motivos? Infinitos, pero hoy no toca)
Garrido se dedicó a echar “basura” contra quien le facilitó el acceso a nuestro pueblo, contra Jesús Sepúlveda. Así, lloró a su amigo Rafael Catalá. Y así se marchó al Ministerio cuando el PP ganó las Generales.
Pero su resquemor con Pozuelo era grande, tan grande que dijo en unas “cañitas” que “volveré y se van a enterar quién va a mandar”. Como dijo el general MacArthur y volvió a Filipinas.
Me cuentan que todos brindaron por eso, pero que esto fue comentado por uno de los testigos y, a continuación, soltó una risotada tal que continuó, “esta debe pensar que mi hermano es idiota, ¡cómo que la va a meter en su gobierno!”
Y Rafael Catalá apoyó a Susana Pérez Quislant y el precio que ha tenido que pagar Pozuelo por ese apoyo, entre otros, es que la inefable Garrido vuelva a cobrar de todos los pozueleros. Pero ahora ella tiene un encargo. Traicionar y acabar con Susana, la alcaldesa.
La infantita está feliz porque Pilar Garrido ha vuelto y Garrido está feliz de que la Infantita “esté al frente de Obras”. Eduardo Oria está encantado de que Garrido sea la Coordinadora del Ayuntamiento. Tiene tanta documentación que, cuentan, se ríe cada vez que ella intenta dar una instrucción. “Oria es inmenso”. Y Garrido está feliz porque ya no está Javier Hernández Bex.
Pero me cuentan que quien más contenta está es ELLA. La Alcaldesa. Toda esta información la tiene. La ha nombrado a sabiendas de todo lo que hay pero le viene bien.
Aquí todos callan y así la relación de la exultante Alcaldesa con la García Cereceda, dicen, quedará silenciada en este caos de intereses y silencios “obligados”.
Pero lo que no sabe Quislant es que Garrido no entiende de lealtades porque ella jamás lo fue y le fue bien.
Y por eso enseña su CV, lo único que puede exhibir antes de la estocada final. Está al caer. Pero esta vez, me aseguran, caerá Pilar Garrido también.
“Entre pillos anda el juego”.
¡Qué pena de PP!
Sira Q.