Pozuelo se muere y necesita un cambio de rumbo. Y los elegidos deben dejar a un lado sus cuitas personales o de partido y tomarse en serio la oportunidad que se ha presentado tras las elecciones del 26M
Empiezo a no entender nada en esto de la política en general. Y menos en lo de la política municipal de Pozuelo. Los partidos que se presentaban a las elecciones lo hacían, o al menos deberían haberlo hecho, porque creían que sus programas y sus ideas eran las mejores para nuestro municipio.
Algunos de ellos pensaban que había que dar a Pozuelo un nuevo impulso que le sacara del aletargamiento político que arrastraba desde hace diez años. Los resultados electorales han sido los que han sido y ahora, a partir de esos resultados lo importante, lo único importante es empezar a trabajar muy en serio por conseguir que Pozuelo no se nos acabe muriendo.
El postureo político puede tener su explicación, pero si todos aquellos que creen que es necesario un cambio de rumbo no dejan a un lado sus cuitas personales o de partido y no se toman en serio la oportunidad que se ha presentado para iniciar una nueva andadura en Pozuelo, me temo que nos esperan cuatro años de más de lo mismo.
Cuatro años de más flores en los jardines, cuatro años más de ir poniendo parches, cuatro años más de posturas erráticas, cuatro años más de mentidos y desmentidos, cuatro años más de ir de victoria en victoria hasta la derrota total de Pozuelo.
La esencia de la actividad política no es, no debería ser, únicamente conseguir el poder o mantenerse a cualquier costa en él. Claro que hay que obtener el respaldo popular, pero hay que obtenerlo para hacer cosas, para desarrollar un proyecto. En el caso de nuestro municipio, para desarrollar un proyecto de ciudad.
En los últimos diez años no lo hemos tenido. Nos hemos limitado a ir viviendo de las rentas. A ir alargando una situación que hace mucho estaba dando síntomas de estar agotada.
Ahora es el momento de tomar la iniciativa política. Y una de dos, o los representantes recientemente elegidos se ponen las pilas, o vamos a seguir sin ese proyecto de cara al futuro.
El Comunero