José Antonio Reyes ha muerto. Su futbol, tan bello como anárquico, sí será ahora entendido en el cielo: En la tierra las tácticas y la disciplina le convirtieron en un jugador errante. DEP.
José Antonio Reyes ha fallecido en un accidente de tráfico el pasado sábado camino de la localidad sevillana de Utrera. Y, desgraciadamente, ha muerto como vivió, deprisa, a 200 kilómetros por hora en su coche.
Era artista del balón, como Curro Romero lo era con el toro. Capaz de lo mejor y de lo peor sobre un campo pero eso en el fútbol actual no valía.
Hombre anárquico y sin control de horarios, para él no existía la disciplina en un terreno de fútbol. Una pena porque hubiera sido mucho más grande de lo que fue.
Debutó en Primera División en el Sevilla con 16 años y en la Selección española con 20.
Poseía velocidad y regate, pase y gol, pero las tácticas le superaban. Dos goles suyos dieron la Liga al Madrid en junio de 2007 jugando frente al Mallorca el último partido del Campeonato.
Fue durante la preparación del Mundial de Alemania 2006 cuando en un entrenamiento con Luis Aragonés, el Seleccionador le dijo aquello de “usted es mejor que el negro”, refiriéndose al jugador francés Henry.
El problema de José Antonio Reyes fue, como jugador, no saber defender. Eso no era para él.
Jugó en el Arsenal inglés y allí consiguió una Premier League (siendo el primer español en conseguirlo), una Community Shield en 2004 y una FA Cup en 2005.
En España jugó, aparte de jugar en el Real Madrid, Club Atlético de Madrid, Benfica portugués, el Espanyol de Barcelona, el Córdoba, el Xinjiang Tianshan Leopard Football Club en China y finalmente, se incorporó al Extremadura Unión Deportiva de la Segunda División de España.
Pero queda su palmarés en España: Ganó tres Europa League consecutivas con el Sevilla y otras dos Europa League y una Supercopa UEFA con el Atlético de Madrid.
Además de la ya citada Liga con el Real Madrid.
Descanse en paz.
Estoy seguro de que su fútbol, tan bello como anárquico, sí será ahora entendido en el cielo: En la tierra las tácticas y la disciplina le convirtieron en un jugador errante
José Antonio Rosa