Cáritas echa a andar su campaña contra el paro y planta cara a la “precariedad y parcialidad” del empleo
“La dignidad no nos la da el poder, el dinero, la cultura…¡ La dignidad la da el trabajo!” (Papa Francisco)
Cáritas Madrid presentó este jueves su campaña contra el paro bajo el lema ‘Comprometidos con un trabajo digno’, con la que pretende plantar cara a la “precariedad y parcialidad” que, según la entidad, siguen asolando a los trabajadores más vulnerables como migrantes o profesionales poco cualificados.
Son muchas las personas que sufren una situación de falta de dignidad en su trabajo. El trabajo precario y el desempleo siguen siendo uno de los mayores problemas de la sociedad. Y además afectan de manera más radical a las personas más vulnerable.
TASA DE DESEMPLEO EN LA COMUNIDAD DE MADRID
TOTAL: 11,54% (396.200 personas)
MUJERES: 12,05% (201.100 mujeres)
HOMBRES: 11,07% (195.100 hombres)
La figura del “trabajador pobre” ha entrado en escena hace unos años y sigue siendo una realidad creciente, y son personas que aun trabajando una jornada completa no llegan a fin de mes debido a los bajísimos salarios.
Resulta duro y difícil, sostener la mirada frente al rostro concreto de tantas personas que, con tristeza y desolación, acuden a nuestras parroquias. En estos momentos, en las acogidas parroquiales estamos viviendo cómo familias que fueron acompañadas en la búsqueda de empleo y que dejaron de necesitar apoyo están volviendo por la inestabilidad y precariedad que se vive en el empleo.
Evangelii Gaudium nos recuerda la apuesta por el no a una economía de exclusión (EG 53-54). Para la Iglesia el primer y más importante fundamento del valor del trabajo es que no podemos reducirlo a una variable económica, porque es mucho más: sobre todo, el trabajo es un bien de la persona. Mediante el trabajo la persona se hace “más persona”, se realiza a sí misma.
En el año 2018, Cáritas Diocesana de Madrid, acogió y acompañó a 7.019 personas. El perfil de las personas demandantes de nuestros servicios es el siguiente: 63% mujeres, la media de edad fue de 40 años.
El trabajo es imprescindible para un proyecto de vida familiar. El empleo inestable causa unos efectos de desesperación, ruptura, inseguridad, frustración…
A veces nos cuesta ser solidarios, nos aferramos a nuestras comodidades, cerramos los ojos y el corazón, no escuchamos el clamor de los que sufren. Debemos recordar que:
¡¡¡“Nuestro compromiso mejora el mundo”!!!