El partido Barcelona-Atlético de Madrid tuvo la grandeza y la torpeza del fútbol: Messi volvió a ser el puto amo de la competición y Diego Costa volvió a ser el jugador más torpe de la liga
Lionel Messi ha decidido ya la liga 2018-2019 para el Barcelona. Sin duda, Leo es la mina de oro que encontró el Barça el año 2000 en Argentina.
Por eso, antes hay que felicitar a Messi que desde hace diez años viene siendo determinante en que el Barcelona lleva ganados tantos títulos. Él tiene cinco Balones de Oro.
Messi es el jugador que marca la diferencia y mientras juegue, el Barcelona será imbatible. Otra cosa será cuando se retire…
El pasado sábado, una vez más, demostró que es el mejor jugador del mundo. Ante el Atlético de Madrid se echó el equipo a la espalda para resolver el partido. Y lo resolvió. Y la Liga se acabó.
Un partido que el Atleti tenía controlado, a pesar de las escasas oportunidades de gol de que dispuso pero que Diego Costa se encargó de desperdiciar con su comportamiento.
No es de recibo que un profesional del fútbol como Diego Costa perdiera los nervios descalificando al árbitro del partido con unos insultos que pueden acarrearle hasta ocho partidos de suspensión.
Actitud irresponsable que perjudicó más al Atleti que el propio jugador, que desde el minuto 28 se quedó con diez jugadores en el campo. Demasiada ventaja para el Barça de Messi.
No debió pensar el jugador hispano-brasileño en el esfuerzo económico que hizo el Atleti para recuperarlo. Porque hay que dejarlo claro: Diego Costa tiene un contrato que no se merece por su comportamiento violento en el terreno de juego.
Jugadores así perjudican al Club que les paga, y en éste caso hay que contar por lo sano.
Es hora de que el Atlético de Madrid valore la posibilidad de un traspaso de Diego Costa, por ejemplo, al fútbol chino, que paga muy bien y el Atleti se quita un problema.
José Antonio Rosa