Lo que uno no tiene, el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón no se lo puede dar, Susana Pérez Quislant. Le dejo dos ejemplos para que pueda cambiar: Pablo G. Perpinyà y Yolanda Estrada
Rememorando la cita “Lo que natura no da, Salamanca no presta”, tan clásica y olvidada para nuestra alcaldesa por Asamblea, nos recuerda a todos que el paso por la universidad, solo se alcanza, si uno dispone de los principios, valores e intelecto, suficientes, para aplicar a continuación el contenido adquirido.
En caso contrario, los años de estudio o las carreras acaparadas se convertirán en un papel colgado para mayor gloria de uno y, muy posiblemente, de esos padres que con tan arduos esfuerzos los ven expuestos con la diplomatura final.
Imagino que, envalentonada por su reciente designación a primera espada del cartel electoral pepero en nuestra villa, no pudo menos que zaherir, no al líder de Somos Pozuelo, no dispone de categoría para ello, pero sí a los empleados municipales a los que el joven líder podemita, agradecía su buen hacer durante los cuatro años de convivencia institucional y en la hora de su nuevo impulso político a la Asamblea, que menos que dar las gracias a rivales y colaboradores.
Todo un detalle por parte de Pablo Gómez Perpinyà que pudo comprobar, como Susana, alcaldesa a la fuga – de Paloma – le invitaba a no hacer “mítines”…¿sabrá ella lo que es un mitin? Duda que no ofende, al escuchar las correctas, amables y afables palabras de despedida del líder opositor.
Aunque la ¿casualidad?, le haya dejado verse este domingo en el “stand” del PP, aprovechando el festival de comida rápida que en el parque de los ancianos se desarrollaba aquí, en nuestro barrio de La Estación.
Otro aprovechamiento, uno más, del poder municipal, con la mesa del partido a modo de…: lo hemos hecho nosotros. Se ve que la nota de la Junta Electoral del 23 de marzo en la que se le requiere a instancias de Vecinos por Pozuelo a la retirada de la propaganda electoral de la página web del Ayuntamiento y de las redes sociales del mismo, no ha minorado la conducta de la reina de la Casa Rosada…todavía. Es su idea de los mítines, por lo que se ve, y de su gran respeto por la oposición…
Y frente por frente a las huestes podemitas nuestra compañera de diario, Yolanda Estrada, alzaba la voz esta semana y pedía unión y fuerza para posibilitar la victoria de Susana el próximo mes de mayo. ¡Manda carallo!, que diríamos en Galicia.
Reconozco que, con Yolanda, al igual que con Henry Ford a principios del siglo XX, me quito el sombrero. Él lo hacía cada vez que veía un Alfa Romeo, yo cada vez que a una de las afiliadas más atacadas, denostadas y apartadas del PP gobernante local traslada sus cartas semanales defendiendo al partido y a sus dirigentes; sus actuaciones y resultados – sí, ya sé que no en cada ocasión – siempre en pro de superar cualquier desavenencia que pudiese perjudicar los votos azules y su situación de mayoría en la plaza.
Fíjese, Sra. Quislant, dos personas tan ajenas a sus intereses, una por representar a la ideología populista que tanto critica su admirado Casado, compañeros de la división de Expaña y del apoyo caribeño al ínclito Maduro, y otra por su proximidad a todo lo que quieren olvidar del pasado-presente-futuro de corrupción – ajena a ella, por cierto – , además defensora del exalcalde y eterna aspirante, si los compromisarios locales lo estimasen, a presidenta del PP local – qué interesante se pondría el partido y la partida – .
Esta semana Yolanda y Pablo, le han trasladado dos lecciones de saber hacer y juego limpio que si Salamanca, hubiese pasado por Vd, hubiese aprovechado y, por una vez, habría alcanzado una victoria, pírrica, pero victoria.
Mientras, atenta a la Junta Electoral, que sus contrincantes políticos ya saben de qué pie cojea su partido en el Ayto. en cuanto al aprovechamiento de los medios a disposición del mismo y no creo que sea el último toque de atención a la utilización de lo de todos como alcanzado por el PP.
Como siempre, será el ciudadano con su criterio y papeleta el que decida hacia qué lado se inclina la balanza.
Y recordar, como en cada ocasión, que en nuestros votos está.
A. Nogueiro