Análisis somero de la tremenda espiral interna en la que vive Ciudadanos Pozuelo y que, si nadie lo remedia, tendrá imprevisibles consecuencias políticas. Cuesta creer que nadie lo impida

Hace tiempo que quería escribir esta columna sobre Ciudadanos Pozuelo. Hace tiempo que quería analizar políticamente la locura en la que ha entrado desde hace meses y en la que no hay semana que la Agrupación no se pegue un tiro en un pie o se haga trampas en el solitario.
Ahora que la ruptura interna es total y de imprevisibles consecuencias electorales, creo que ha llegado el momento de intentar analizar someramente las razones del dislate. El tema sería muy largo de contar y lleno de matices, pero al menos, trataré de poner algo de sindéresis.
Así que vayamos por partes, que diría Jack El Destripador.
Ciudadanos Pozuelo es una Agrupación muy joven e inexperta, políticamente hablando. Recuerdo que, cuando los conocí en la campaña electoral de 2015, presumían de llegar a la política sin ninguna mochila, algo que indicaba que solo eran unos inocentes entusiastas que, como corderos, iban derechos al matadero.
Y encima, aquella gente carecía de ideología. Nosotros votaremos lo que convenga a Pozuelo, venga de donde venga, me decían vehementemente.
Poco se tardó en demostrar sus errores de principiantes. Hasta el punto que yo mismo les llamé “cuñaos”. El problema se agravaba cuando a esa inocencia se unía una falta de preparación política e intelectual que constantemente los ponía, a todos, al borde del ridículo. Las intervenciones de los concejales de Ciudadanos Pozuelo eran pobres tirando a penosas.
Poco después, su portavoz Miguel Ángel Berzal se dio cuenta de la situación y empezó a endurecer sus intervenciones. Y el PP torció el gesto. Berzal ya no era un “cuñao” sino un tipo al que había, como poco, que temer.
Adolfo Moreno, mientras tanto, intentaba mejorar su dialéctica porque había descubierto que le gustaba hablar en público.
Raúl G. Andino demostraba, Pleno a Pleno, que lo más redondo que había visto era una pastilla de chocolate y era un poco el hazmerreir de la Cámara.
Lili Michilot mantenía ese discurso del ‘buenismo’ que le ha llevado ya a ser “hermana” de Juana Beatriz Pérez Abraham.
Y Marta Espinar, ay Marta, mostraba una alocución muy cercana a Somos Pozuelo, tal vez porque carecer de ideología y arrimarse a lo que su juventud le pedía. Además, Marta está trabajando y viviendo en Ciudad Real con lo que poco podía enterarse de lo que pasaba en la villa.
En definitiva, el Grupo Municipal Ciudadanos Pozuelo no era lo que se dice una oposición compacta y determinante. Como todos tenían que hablar en los Plenos por aquello de que yo también soy concejal, la situación dejaba mucho que desear sobre lo que debería ser el primer partido de la Oposición.
Pero esa situación no solo era observada por mí, pese a tener piedad en muchas crónicas de los Plenos que escribía, se dieron cuenta también en Madrid. En Madrid, los lobos políticos de colmillo retorcido vieron que Ciudadanos Pozuelo era un chollo. Pieza fácil de cazar. Y se vinieron a por la Agrupación.
Esta historia ya la hemos contado varias veces en El Correo de Pozuelo con lo que no voy a volver sobre ello.
El caso es que, al final, Miguel Ángel Berzal saltó por el aire y pusieron a Adolfo Moreno de portavoz. Habían quitado al “broncas” y habían puesto un personaje “fiel”, que haría lo que le mandaba Madrid. Lo demás no importaba. El PP de Pozuelo también lo agradeció.
Los demás concejales del Grupo no son nadie, políticamente hablando, y sin ánimo de molestar, con lo que El Grupo estaba dominado. La siguiente Pieza fue la Junta Directiva porque Juan Luis Cano es más inocente, políticamente hablando, que un cubo y se entregó. El quiere ser concejal y para eso sabe que hay que ser obediente.
Pero no solo Ciudadanos Madrid se dio cuenta de la debilidad política del Grupo Municipal y de la pérdida de credibilidad de la Junta Directiva, también se dio cuenta un importante grupo de afiliados que habían ido llegando a la Agrupación después de las elecciones de 2015 y que se sentían un poco avergonzados de lo que estaba pasando. Ese no era el Ciudadanos por el que habían apostado.
Pero había más, a la fragilidad política de los cuatro concejales (Berzal empezó a apartarse del Grupo) se unía un grupito de mujeres “guay”, en perfecta definición de Juan Manuel Sánchez. Mujeres de clase media alta de Pozuelo que vieron en Ciudadanos una salida a su ociosidad y empezaron a mostrarse como las herederas políticas de Ciudadanos Pozuelo. No saben nada de política pero lo aparentaban en las Redes Sociales y en las terrazas de las cafeterías. Todas se veían concejalas.
Y ese grupo de afiliados molestos empezó a sospechar de mamoneo de la Agrupación con Madrid (La Piraña asegura que con Juan Rubio y César Zafra) y se unieron y se convirtieron en una corriente opositora dentro de la propia Agrupación… Y empezaron a exigir explicaciones. Por escrito y reglamentariamente.
Pero a Ciudadanos Madrid le importa un carajo lo que digan estos rebeldes y Ciudadanos Pozuelo carece de liderazgo. En definitiva, que despreciaron a los auto llamados “Los 51”. En lugar de dar algún tipo de explicación, ni siquiera contentaron a sus requerimientos…
Ahora ya me temo que será tarde…
La crisis es demasiado profunda. Según contaba ayer La Piraña del Meaques, “Los 51” han escrito al Ejecutivo del partido pidiendo que destituya a los cuatro miembros de la Junta Directiva de la Agrupación y nombre una Gestora hasta la celebración de elecciones para designar una nueva Junta. Y dan unas razones, políticamente, tremendas para exigirlo.
¿Qué va a pasar ahora? Yo creo que nada.
Los grandes líderes están a otros temas en Andalucía y Cataluña y pasan de Pozuelo y los lideres de Madrid solo quieren poder territorial y esta Agrupación se la da. Los dirigentes, que no líderes, de Pozuelo solo quieren sobrevivir…
Total que nadie moverá ficha. Y eso apunta a imprevisibles consecuencias políticas. Consecuencias que a Madrid le trae si cuidado porque, como digo, lo que quiere es controlar Pozuelo.
Una pena.
El Capitán Possuelo