Paradojas de Pozuelo: La alcaldesa Susana Pérez Quislant, que no soporta la libertad de expresión, le dedica una rotonda al periodista Manuel Martín Ferrand que tanto luchó por ella

(Como todos los años en Agosto, hay que recordar lo que ha sucedido en la temporada político-pozuelera. Para ello, vamos a repetir algunos artículos que se han ido publicando a lo largo del año. Hoy, un artículo publicado el 26 de febrero de 2018)
No voy a entrar a discutir (ni entraré jamás) si el periodista Manuel Martin Ferrand merece una rotonda en Pozuelo, todo lo contrario. Creo que se ha tardado mucho en hacerlo. Vivió en esta villa 38 años. Pero si, para empezar, cuestionaré el oscurantismo con el que se ha llevado a cabo la concesión. Un oscurantismo que, a buen seguro, no le ha debido gustar al maestro de periodismo homenajeado. A él le gustaba la transparencia.
Pero la transparencia en el Gobierno de la villa está mal vista. No le gusta a la señora Pérez Quislant. De un tiempo a esta parte, por ejemplo, a la alcaldesa de Pozuelo lo que le gusta es ponerle nombre a las calles así, de sopentón. Porque ella lo decide consigo mismo y con su propio mecanismo y a saber con qué aviesas intenciones.
Al principio de la legislatura, llevaba estos nombramientos de calle, rotondas y jardines al Pleno del Ayuntamiento. Incluso llevó el incomprensible nombre del jardincito dedicado al desaparecido concejal Álvaro Spottorno en Húmera. Ahora, en cambio, hace lo contrario. Creo, además, que estos nombres ni siquiera se aprueban en la Junta de Gobierno Local. Ay, la opacidad de la Junta de Gobierno Local.
Pero bueno está lo bueno. La rotonda del maestro Marín Ferrand, al menos, se ha inaugurado en presencia de sus seres queridos y algunos amigos. La Avenida de Luis García Cereceda (antigua Carrera de la Cañada), por poner otro ejemplo, ni eso. Se puso el cartel y a otra cosa mariposa. Se desconocen las razones por las que se le puso una calle al creador de La Finca sin medianamente exponer sus méritos públicamente. Es curioso que ahora esa avenida es la que lleva a la nueva Finca que está construyendo Susana Cereceda, hija del mencionado Luis. Cosa más rara, oye.
Simplemente, son pensamientos en voz alta.
En el caso que nos ocupa, el problema no es dedicarle una rotonda a Manuel Martín Ferrand que, repito, lo merece. Aquí lo sorprendente es que lo haga Susana Pérez Quislant y trate de ponerse una medallita.
Manuel Martín Ferrand amaba la libertad de expresión. La respiraba. Sin ella no sabía vivir. Y la defensa de esa libertad le costó, como castigo, que le robaran Antena 3 Radio, aquella cadena de radio de la que era Consejero Delegado y que tanto nos enseñó a muchos por lo que supuso de convulsión en la manera de hacer Radio. Te recuerdo, Antonio.
El Gobierno socialista de aquella época, con mayoría absoluta, no perdonó que Antonio Herrero sacase la política nacional fuera del Congreso de los Diputados para evitar el “rodillo” socialista, hecho que propició la traición del Conde de Godó. Este Grande de España y dueño de La Vanguardia, claramente teledirigido, vendió su mayoría de acciones de Antena 3 Radio a Prisa. Era una operación ilegal, como bien dijo el Tribunal Supremo, pero su sentencia aún no se ha cumplido. “Antenicidio” la llamaron.
Bien, pues al hombre que defendió la libertad de expresión (porque de ella respiraba) le ha dado una calle la jefa del nuevo “rodillo” pepero de Pozuelo de Alarcón. Susana Pérez Quislant, que está negándole la sal y la libertad a El Correo de Pozuelo, se tira un farol y le dedica una rotonda al gran periodista.
Salvando las distancias y cada uno a su nivel, Quislant está haciendo con El Correo de Pozuelo lo mismo que hizo Felipe con Antena 3 Radio y no creo que a Manuel Martín Ferrad le guste eso ni que se haya sentido alagado por ella.
A Felipe González no le gustaba aquella radio que hacía Manuel Martín Ferrand y a Susana Pérez Quislant no le gusta el periodismo que hacemos en El Correo de Pozuelo. Aquel consiguió su objetivo. Esta lo intenta con muy malas artes.
Solo eso. Que el hecho me ha parecido paradójico.
El Capitán Possuelo