No es de locos soñar que la próxima Supercopa de Europa la jueguen el Real Madrid y el Atlético de Madrid, dos equipos de la capital de España, para envidia del fútbol mundial
Me gusta tanto la situación que atraviesa el fútbol español esta temporada que no hay noche que no sueñe con él. Ayer mismo soñé que el Real Madrid y el Atlético jugaban la final de la Supercopa de Europa porque los dos habían ganado sus respectivas finales. El Madrid, la Champions, y el Atlético, la Europa League.
Y es que desde que en mayo del 2000, Madrid y Valencia, dos equipos españoles jugaron por primera vez una final de la Champions no había una situación igual. No hay precedentes de dos equipos de la misma ciudad campeones a la vez en dos competiciones europeas.
De los 40 equipos europeos que han jugado finales de Champions y Europa Ligue en la última década, 16 son españoles, seguidos a distancia por los ingleses con 8 equipos. Lo demás ni cuenta. Estamos en un periodo futbolístico en el que reina el futbol español sobre los demás.
Y en mi sueño veía ganar al Real Madrid al Liverpool. La Champions es la competición del Real Madrid y, si comparamos jugador a jugador, el equipo blanco es mucho mejor que los diablos rojos. No son comparables y aunque el fútbol es un sentimiento, el real Madrid se crece en este torneo. Y tiene, además, a Cristiano Ronaldo.
Y en mi sueño veía ganar al Atlético de Madrid al Olympique de Marsella. Por corazón. Nadie tiene un corazón más grande que el equipo entrenado por el Cholo Simeone. Posiblemente, el Atlético también sea mejor que el quipo francés jugador a jugador pero en lo que arrasa es encoraje. Y tiene, además, la mejor defensa de Europa.
Lo dicho, ayer mismo soñé que el Madrid y el Atleti iban a jugar la final de la Supercopa en Tallin, la capital de Estonia.
Pero, en ese momento, cuando iba a empezar el partido, me despertó el pitido del árbitro.
Era un sueño. Pero, a veces, los sueños se hacen realidad.
José Antonio Rosa