Sigue dejando dudas sin aclarar: Cifuentes afirma en la Asamblea de Madrid que la polémica del máster es una «operación política» para «desestabilizar» su Gobierno

La presidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes ha defendido en el Pleno de la Asamblea de Madrid que la polémica de su máster es una «operación política» para tratar de «desestabilizar» su Gobierno regional.
Asimismo, ha defendido que su título es «perfectamente real y legal» y que no ha sido «falseado ni falsificado».
Pero, extrañamente, lo ha hecho mostrando un único documento nuevo de los que había aportado hasta ahora: una carta que el profesor de una de las asignaturas en las que se modificó la nota dos años después de que supuestamente hubiera terminado estos estudios, Pablo Chico de la Cámara (actual Presidente del Tribunal Económico Administrativo de Pozuelo), ha remitido al rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
En ella, según ha explicado Cifuentes, aunque sin mencionar la fecha de envío, el docente argumenta que la razón por la que su calificación se registrara con un ‘No Presentado’ en lugar de con un ‘Notable’ se debió a un «error en la transcripción de la plataforma informática».
Lo que en esta ocasión no ha enseñado Cifuentes es el acta del tribunal compuesto por tres personas que teóricamente evaluó su Trabajo de Fin de Máster (TFM) y que, según ha publicado este miércoles ‘El Confidencial’, incluía al menos dos firmas falsificadas.
En su lugar, la hoja que ha mostrado desde el estrado ha sido «un certificado académico personal oficial emitido por el Vicerrectorado de Posgrado», un «papel timbrado y con sello oficial» que contiene las notas de las 12 asignaturas del curso y del propio TFM, con una media de 7,43, según han precisado posteriormente en su equipo.
Antes de dar las explicaciones que siguen sin despejar algunas dudas en torno a este máster, Cifuentes ha considerado que su comparecencia en la Asamblea de Madrid es un «acto excepcionalmente preocupante» pero «no por el objeto» de la misma, sino por «el deterioro y la manipulación de los mecanismos parlamentarios» de los que ha responsabilizado a los grupos de la oposición. Y ha insistido en la teoría de la «cacería política» que ya esbozó desde el plasma de la calle Génova en la retransmisión de su discurso en comité de dirección del PP regional de la semana pasada.
No obstante sigue dejando dudas sin aclarar.