Saludos, Capitán.

Seguro que es una coincidencia pero parece, tras el anuncio de la alcaldesa Quislant de la rebaja de las multas, que ella también pasó el domingo por la Iglesia de Caná y quiere ser considerada con esos buenos cristianos…

El caso es que este domingo pasado me entretuve en hacer unas fotos en la rotonda de la Iglesia de Caná. Aquello era una jungla. Jungla de asfalto mojado. Allí aparcaba cada uno donde le daba la gana. Era increíble y, tras conocer la noticia, he pensado que está bien eso de que la alcaldesa rebaje las multas a los católicos que aparcan mal allí… Es que si no aparcan en prohibido, no van a misa… Y si no van a misa… No sigo, entraría en un círculo vicioso… Y la alcaldesa no quiere eso… Son votantes suyos… O eso cree…

Cualquier día, incluso, terminarán aparcarán en el altar de la Iglesia y no estaría bien. Nada se resistía a la infracción: rotondas, curvas, dobles fila, todo un mundo contrario al raciocinio y al respeto circulatorio.

Como no vi, ningún agente del orden municipal, he llegado a la conclusión y parafraseando a Gironella que » Los coches en Pozuelo creen también en Dios», al menos a la hora de aparcar los domingos a la hora de misa.

Luego dirán que todos somos iguales…

Total que pensé en hacer un reportaje fotográfico y mandárselo para que lo publicase… Hice muchas… Si quiere más, más tengo.

Juana Pozuelo