Parecido a lo ocurrido en Pozuelo en 2009: «¡Duro con los maderos!»: así fue la batalla campal de las fiestas de Majadahonda (vídeo)
Todo se originó por una riña generada entre un grupo de jóvenes por causas que están siendo investigadas. Uno de ellos comenzó al lanzar objetos contundentes al resto y se montó bronca. Los guardias civiles separaron a los contrincantes y fue al llevarse detenidos a varios de ellos cuando estalló la mecha. Entonces, los causantes de la trifulca, apoyados por parte del público que asistía a las sesiones musicales, caldeados por el alcohol y la multitud, se aliaron para enfrentarse contra las Fuerzas del Orden. Así lo aseguraron fuentes de la Comandancia y de la investigación.
A partir de ese momento, el ataque violento se dirigió hacia los funcionarios que recibieron una imparable lluvia de botellas –de cristal y rellenas de arena–, adoquines y vasos. Los altercados empezaron dentro de la carpa, pero se extendieron por las calles aledañas. Ante la magnitud de la algarada, los agentes tuvieron que pedir refuerzos.
Acudió la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic), quien realizó las cargas policiales para desalojar el recinto y poner fin a los disturbios. La virulencia del ataque hacia los funcionarios fue tremenda, hasta el punto de que los más bregados las comparaban con las protestas de los mineros. La situación se controló sobre las 6.00 horas.
Justo en ese momento, los Bomberos de la Comunidad sofocaron un incendio cercano al recinto ferial que quemó una pequeña zona de arizónicas. Se cree que se originó por una bengala lanzada por uno de los alborotadores. Así lo aseguró a ABC el alcalde de la localidad, Narciso de Foxá, quien indicó que los problemas comenzaron cuando no se permitió entrar a más gente dentro de la carpa donde iba a comenzar la sesión del Dj Fernandisco por motivos de seguridad, ya que se había llegado al tope del aforo previsto. «Había mil personas fuera y cuatro mil dentro y los que pugnaban por acceder comenzaron a agredir a los vigilantes de seguridad», indicó.
El regidor destacó que gracias al dispositivo de seguridad para las fiestas, integrado por 123 agentes –70 policías locales y 53 guardias civiles–, no hubo que lamentar ningún hecho irreparable en una noche en la que se congregaron 25.000 personas. De Foxá precisó que se registraba al público y se prohibía el paso a quienes llevaran botellas de cristal, que se sustituían por envases de plástico. «La noche del sábado recogimos 10.000 kilos de vidrio».