Crónica de un Debate sobre el estado del Municipio al estilo pozuelero, en el que, sorprendentemente, la alcaldesa Quislant mostró “su perfil político de altos vuelos”
Hoy he dudado sobre hacer o no hacer esta habitual crónica post-Pleno. Lo que iba escuchando, hacía que no mereciese la pena. El Debate sobre el estado del Municipio era como una película que ya había visto el año pasado y en la que se sabía el final. No merecía la pena contar nada.
Ya se sabía que la Oposición buscaba con mayor o menor fortuna decir al mundo mundial que sigue viva y el Gobierno, en plan cazador de aguardo debido a la estructura del Debate, solo necesitaba esperar a que llegase su turno para abatirlos sin piedad. E impunemente. Nada.
Pero la intervención final de la alcaldesa me ha animado a hacerla. Oye, sí. Su actitud, que no su discurso, prepotente y dicharachera, siempre sabiendo que no tendría réplica, me ha subyugado.
No era la brillantez de su exposición, no. Tampoco era su perorata facilona y sin argumentos políticos. A mí me ha cautivado que lo haya hecho, salvo cuando se fue directamente al cuello de Berzal cual loba hambrienta (qué odio le tiene), en clave nacional. Sí, sí… En clave nacional. Hablaba en clave nacional.
Debe ser que su subconsciente le ha traicionado y ella, toda poderosa y llenando de papeles la presidencia del Salón de Plenos porque yo soy la que mando, se ha pasado gran parte de su intervención dando a entender que hablaba en el Congreso de los Diputados, en la Asamblea de Madrid o en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Madrid. Qué tía, hablaba como diputada, no como alcaldesa de Pozuelo. Hablaba de política general de España, no de política pozuelera. Ha sido genial.
Eso sí, cuando habló de Pozuelo lo hizo de una manera tan demagógica que, supongo, los vecinos de Húmera, La Cabaña o la Fuente de la Salud habrán tomado nota.
Así que, una vez animado, vayamos por partes que diría Jack El Destripador.
Abrió el Debate nuestra alcaldesa. Elegante ella. Y, muydeprisa-muydeprisa, nos dijo que Pozuelo es el paraíso terrenal, la ciudad de los prodigios y la milk en bote, que diría Ulecia. Supongo que por las prisas, lo mezcló todo. Viva yo y vivan las cosas que estoy haciendo. En dos años va a hacer lo que tenía pensado para cuatro. La verdad es que a mí casi todo me sonaba a Adrados pero, oye, si ella dice que es suyo, suyo será. Qué más da si en el relato solo había gestión. Ni una sola idea expuso del Pozuelo que quiere. Del Pozuelo que busca.
Al final terminó hablando de corrupción con argumentos trillados. Siempre igual. Pero me llamó la atención que no usase ni una sola vez el concepto “presunción de inocencia”. Para ella, todo debe ser condenable. Todo.
Le siguió en el turno del punto único del día, Pablo Gómez Perpiñà. Me gustó el discurso de Pablo. Bien construido y hablando de política. De conceptos políticos. No cayó en el detalle, salvo en algunos momentos puntuales, y generalizó cuando enumeró problemas muy importantes de la villa. Sólo le sobró alguna referencia nacional que no venía a cuento.
A Pablo le siguió un Helio Cobaleda algo nervioso. Después se fue serenando. Su discurso iba un poco a salto de mata. Ahora hablo de esto, pero también de aquello o, mejor, voy a seguir con esto otro. Creo que le pasó lo que a los nuevos en el oficio, que quiso abarcar demasiado. No estuvo bien. Ni siquiera cuando se encaró con la presidencia para pedir más tiempo. Eso indicaba desorden en el discurso.
Y tras Cobaleda, llegó Miguel Ángel Berzal. Debo reconocer que la señal de la transmisión se cortó varias veces y me perdí algo pero me pareció un discurso muy técnico y pormenorizado. Dio la sensación de que estaba trabajado aunque, lógicamente, ahora el Gobierno quiera descalificarlo por lo contrario. Berzal no trabaja es el mantra.
La verdad es que estuvo duro. Como es su estilo de oposición por mucho que le cabree al Gobierno, que vaya si les cabrea. A la alcaldesa le descompone que le recuerden las cosas tan pormenorizadamente. Vade retro, Berzal.
Le sobró también esa obsesión por la corrupción que tiene ahora todo C’s, sin tener en cuenta tampoco la presunción de inocencia. Y a mí, particularmente, me resulta sorprendente porque, hace 40 años, algunos, gracias a ese concepto, empezaron a ver la luz y dormir a pierna suelta.
Después de un receso de 5 minutos ‘porque tenemos ganas de hacer pis’, volvió el Debate con la intervención de Félix Alba. Y debo decir que su discurso fue bueno. Creo que mucho mejor que el que hizo el año pasado. Quizá porque no fue tan desproporcionado.
Buena construcción y buen contenido. Tuvo su planteamiento, su desarrollo y su desenlace y eso es muy agradable de escuchar cuando, en la actualidad, no se cuida nada la exposición verbal en público.
Me sorprendió que dijese que el Gobierno de Pozuelo destina 4 millones de euros a gastos sociales, lo que viene a ser el 4% del Presupuesto y, la verdad, a mí me pareció poco.
Y en eso llegó ella. Dejadme sola. Mil papeles. Que el mundo se pare. Me toca. Defendiendo a su gente porque lo digo yo. A mí gente no la toca nadie. Todo en plan Belén Esteban. Chulesco.
Creo que debería taparse un poco por prudencia. Algunos casos como el de Ustarroz, huele que apesta a presunta prevaricación administrativa. A simple vista, su caso tiene más trampas que una película de chinos.
Pero a mí, de verdad, lo que me cautivó fue su puesta en escena dicharachera. Pizpireta. Ocurrente. Con su miajita de fanfarroneo. Era extraordinario verla ponerse de perfil apoyándose en el atril, jugando a echarse faroles y hablando en clave nacional. Podemos, PSOE, Ciudadanos… Pero no de Pozuelo, no. Que va. Ella le aportó soluciones fáciles a los tres partidos a nivel nacional. Y con qué desparpajo lo hizo, mostrándonos ese nuevo perfil político de altos vuelos. Esta mujer se nos va… Seguro. Esto era todo un ensayo…
Run-run-run-run…
Y, como sabía que no habría respuesta, le llegó el turno de darle cera a los portavoces de los Grupos pozueleros de la Oposición… Y ahí, ella parecía Celia Cruz… Reinona total…
“Usted, alcaldesa, abusó… sacó provecho de mí, abusó…”
Qué fácil le era todo… Para terminar, como el año pasado, en Berzal. Ay, Berzal… Qué ganas te tengo…
En un momento dio a entender que el portavoz de C’s era una especie terapia psicológica para la alcaldesa… Tú vas a pagar todos los platos rotos…
Pero, insisto, todo desde una posición de perdonavidas insultante. Incluso, entró en temas personales de los portavoces… O eso me pareció…
Lo que sí sé es que sigo sin tener claro que quiere hacer con Pozuelo de Alarcón…
Por cierto y antes de que se me olvide, entre Juana Beatriz y Ella le dieron la mañana a la presidenta Isabel Pita… Qué manera de mandar…
El Capitán Possuelo