Palmaditas de prebendas y olvidos como forma de gobernar, también en La Cabaña, el barrio abandonado de Pozuelo

Aunque está complicado dar el título de alcalde más populista de España, seguro que uno de los que ubicaríamos en el trío de cabeza es el conocido como Kichi que capitanea la capital gaditana y que, famoso entre los famosos, sus vecinos también lo conocen como el “palmaditas” que tantas reparte, aunque ahora ya haya comprobado que prometer y cumplir es distinto cuando se tiene el bastón de mando que cuando se puede dar todo porque nada tienes y además ¡cómo no es tuyo!.
Viene a cuento el famoso “palmaditas” porque es una constante válida para el conjunto de actores que pueblan nuestra nutrida clase política. Así en las fechas previas a cualquier cita electoral – recuérdese estos días el trío socialista en busca de la Secretaría General – fotos , abrazos y besos a niños, madres y abuelos son una constante repetida, junto a promesas ajenas a cualquier sentido común, siempre en busca del voto perdido, y entre palmada y palmada un pensamiento final: lo que uno tiene que hacer para alcanzar las prebendas del poder.
Ocurre, luego, que lo que señalabas con el dedo se te vuelve, contra ti, multiplicado por tres – prueben a hacer el gesto – y las soluciones que tengo se transforman en disculpas hacia todo lo anterior y la cortedad de los presupuestos. Presupuestos, por cierto que nunca reducen en asesorías y festejos, porque la base del populismo se fundamenta, siempre en lo lúdico popular y, por supuesto, en apoyar a los amigos, que para eso lo son.
Los vecinos de La Cabaña, saben muy de qué hablamos y conocen la máxima de nuestros concejales municipales que aplican sin pudor: Ni una mala palabra, al ciudadano, ni una buena acción, y así visita tras visita, palmada tras otra cualquiera que sea el mandatario azul…todo sigue igual.
Poco importa que hablemos de cables sin soterrar o de transporte público para poder desplazarse; que hablemos de aparcamientos “ ilegales” o de rotondas por ubicar. Cada vez que sus vecinos se allegan al Consistorio, además de la palmadita en época electoral, la complejidad de las soluciones acaba siendo, año tras año, corporación tras corporación la bendita respuesta que todo lo arregla. No, si al final, la culpa es de los ciudadanos, por vivir allí.
Hoy le toca poner freno y dar respuesta a nuestra Sra. Quislant, y ya ve que no hay tanta diferencia entre Cádiz y su chirigota y Pozuelo y sus circunstancias, se promete hasta votar y luego que te elegido…rompo lo prometido.
En el fondo, querida alcaldesa, el Kichi y Vd. son muy parecidos…tono distinto en el color pero con un mismo objetivo: ahora que han probado las mieles de los réditos electorales, no están dispuestos a dejarlas partir. Son la prebendas que les contaban y que por fin les han llegado. Ahora, lo que es arreglar los problemas municipales y dar solución a los vecinos…, entramos en el terreno proscrito.
No quiera Dios, que tengamos que seguir así siempre; ni por La Cabaña, ni por el resto de ciudadanos.
A. Nogueiro