Gobierno de perfil político bajo y cansancio mental para un Pozuelo de Alarcón brillante
(01-09-14) Tras comentar la situación de todos los partidos con representación en el Pleno del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón de cara al otoño, hoy voy a analizar brevemente la gestión del Gobierno durante lo que va de legislatura. El otro día hablé del PP y, hoy, hablaré del Gobierno del PP en Pozuelo.
La verdad es que todo se podría resumir en una frase: el Gobierno del PP en Pozuelo de Alarcón es de perfil político bajo. Con ello debería estar dicho todo. O, mejor, de perfil político bajo y un acusado cansancio mental.
En su defensa habría que decir que ha cumplido a la perfección con lo que se le ordenó. Porque estoy seguro de que eso fue lo que querían sus dirigentes regionales que hiciese ante las difíciles circunstancias con las que se iba a enfrentar a causa de la situación creada en Pozuelo por el Olvidable. Por eso, se entiende que al Gobierno de la desmesura le sucediese un gobierno de perfil político bajo. Había que contrarrestar los desmanes.
Resultaba significativo que, de cinco tenientes de alcaldes que se nombraron, tres fuesen ‘paracaidistas’. ‘Paracaidistas’ que, además, habían estado colocados en lugares estratégicos de la lista electoral. Había que amarrarlo todo y lo amarraron.
Destacaba el segundo lugar en esa lista electoral. Lo ocupaba el señor Diego Lozano, posiblemente, el más maquiavélico y solapado de todos. Y, desde luego, el más político. Terminó siendo primer teniente de alcalde. A media legislatura, se lo llevó el Presidente González a la Comunidad. Se oye que podría volver un puesto más arriba en la lista de las próximas elecciones.
A Lozano le sustituyó la señora Susana Pérez Quislant, otra ‘paracaidista’, más gestora pero sin apenas perfil político. Las otras tenientas de alcalde ‘paracaidistas’ (Isabel Pita e Isabel González) apenas tenían, tienen o tendrán peso político.
El resto de los tenientes de alcalde eran la señora Beatriz Pérez Abraham y el señor Pablo Rivas. Ambos de Pozuelo. Beatriz por conocimiento e influencia. Pablo porque fue el alma mater de la campaña electoral de la señora Paloma Adrados. Rivas renunció a ser Teniente de Alcalde y portavoz del Grupo Popular en el Pleno a mediados de la legislatura y no fue sustituido. El veterano Félix Alba asumió la portavocía del Grupo en el Pleno.
Hubo dos cambios más. La ‘ascensión’ de la señora Isabel Borrego a Secretaria de Estado de Turismo y la desgraciada muerte del señor Álvaro Spottorno, que fueron sustituidos por la señora Paloma Lorenzo y el señor Diego de Aristegui, respectivamente, pero de parecidas características políticas.
Cuento todo esto porque sin ello sería imposible entender mi diagnóstico. Y es que, si la candidatura y el primer Gobierno del Ayuntamiento eran de perfil político bajo, con la salida de Lozano el Gobierno pasó a ser políticamente plano, a lo que había que añadir el agravante de los síntomas de cansancio que daban y dan algunos concejales. Unos porque ya llevan demasiado tiempo y otros porque se dieron cuenta enseguida de que no rascaban ni rascarán bola y están aburridos. Están agotados porque nunca se les haya hecho caso en la segunda planta del edificio Consistorial.
¿Y esta imagen de ‘encefalograma político plano’ y síntomas de cansancio han beneficiado a Pozuelo?
Creo, sinceramente, que no. Cumplieron con lo que se les pedía. Pero Pozuelo de Alarcón es un pueblo brillante que necesita un Gobierno brillante y éste no lo es. No hay día en el que Pozuelo no esté en los medios de comunicación del mundo y no sólo por los futbolistas, los medios de comunicación o los ministros que viven en él sino por las empresas que radican sus sedes en el pueblo, que son muchas y muy importantes.
Hace unos meses, sin ir más lejos, me dijeron que la Ciudad de la Imagen de Pozuelo era uno de los complejos empresariales que más puestos de trabajo creaba en la Comunidad de Madrid. Y un pueblo así necesita que su Gobierno tenga la imaginación política suficiente como para estar a la altura de ese prestigio.
No voy a comentar, hoy, la labor de cada uno de los concejales. Lo haré en otro momento. Hay tiempo de hacer, como en los viejos tiempos, una Galería de Concejales o algo parecido. Aunque adelantaré que hay concejales y concejalías que, en una reestructuración seria del Gobierno, no tendrían razón de ser. Y no lo digo por lo que cuestan al erario municipal (que también) sino por lo obsoleto que resultan. Creo que los tiempos de los concejales ‘ocupados’ por obligación no tienen razón de ser. Y lo digo por el ejemplo que nos está dando la señora Elena Méndez-Leite.
Mañana, como también prometí, analizaré la figura política de la señora Alcaldesa Paloma Adrados. Es lo que toca…