Malos tiempos para el aguirrismo: La dimisión de Aguirre despeja el camino a Cifuentes para hacerse con el control del partido en el Ayuntamiento de Madrid

Hace apenas un mes, Esperanza Aguirre se veía aún fuerte y dispuesta a librar la última de las batallas en las que se quería embarcar para culminar su carrera política: las elecciones municipales de 2019.
Su soberbia política no la permitía retirarse tras perder la mayoría absoluta y de la alcaldía por 7.000 votos.
Para llevar a cabo esa aspiración, contaba con un equipo de ediles que escogió personalmente y que, salvo cuatro descuelgues por mejores destinos en la Administración pública o la empresa privada, se ha mantenido unido en torno a ella y que, ahora, queda huérfano de líder.
Pero Cristina Cifuentes ya había previsto esta posibilidad. De hecho, Iñigo Henriquez de Luna fue «recompensado» con un puesto en el Comité Ejecutivo regional, pese a ser muy crítico con la nueva presidenta del PP regional.
Cifuentes también asignó a José Luis Martínez-Almeida, como Secretario de Relaciones con el Ayuntamiento de Madrid en dicho Comité Ejecutivo.
Por todo ello, a nadie sorprendió el demoledor comunicado con el que el PP de Madrid despidió el aguirrismo para siempre.
Primero «agradecía» la decisión adoptada por Aguirre de renunciar a su acta, y, a continuación, porque compartía los motivos esgrimidos por ésta, especialmente por la cuestión de no haber controlado a sus colaboradores. «Nuestra organización comparte las razones expuestas por Aguirre para dejar el cargo, especialmente en lo que se refiere a que debía haber vigilado con mayor eficacia los posibles casos de corrupción, lo que ha causado daño a las instituciones y al propio partido».
Muerto el agurrismo, Cifuentes va se ha hecho definitivamente con el partido en la Comunidad de Madrid con todo lo que ello lleva consigo de cara a la carrera municipal y autonómica de 2019.
Y aunque es el Comité Electoral Nacional quien proclama a los candidatos a las principales ciudades y autonomías, la influencia será decisiva en la designación de un candidato solvente para arrebatar el Ayuntamiento de Madrid a una Manuela Carmena.