Previa de un Pleno en el que la Alcaldesa Quislant mostrará su condición ‘ademocrática’ y su síndrome de Gallina Clueca, protectora de sus concejales

Esta será una previa al Pleno de mañana distinta a todas las que he hecho durante los últimos tres años. No voy a comentar las mociones que se presentan como otras veces. Ni las de la Oposición ni las del Gobierno.
Las de la Oposición vuelven a ser inútiles. No hacen más que proponer cosas para que el Gobierno las machaque con premeditación y alevosía, lo cual es una pérdida de tiempo sin sentido. La del PSOE es ideológica y está muy bien para el Congreso de los Diputados. La de Somos Pozuelo es una entelequia que aspira a ponerle puertas al campo. Y la de Ciudadanos es un imposible. Algo así como la cuadratura del círculo.
Las mociones del Gobierno, por su parte, tampoco las comentaré por absurdas. Toda la legislatura igual. Ni tienen imaginación política ni quieren trabajar. Esta vez presentan una moción de aurora boreal sobre el “Juego Limpio”, se supone que patrocinada por el COE; otra sobre el estudio de los árboles de Pozuelo que, creo, hace la número cinco sobre el mismo tema en los últimos cinco años; y, por último, la de Martín Crespo. Esta sobre el ex alcalde es culposa. El Gobierno se siente avergonzado con la postura que ha mantenido en vida con él y ahora que ha muerto corre a poner su nombre a un parque para expiar su culpa.
En fin, que ni la Oposición hace su labor ni el Gobierno hace la suya.
Pero lo peor está por llegar. En este Pleno se va a aprobar una ‘no sé qué’, porque no lo dice el Orden del día, sobre la reforma del Reglamento Orgánico del Pleno, de la que no sabemos nada porque se debatió en Comisión Clandestina, pero que va a machacar a la Oposición.
Mañana, en el Pleno del Ayuntamiento asistiremos a algo insólito. Una reforma antidemocrática hecha por una alcaldesa ‘ademocrática’ y que, salvo que mañana la Oposición demuestre otra postura en el Pleno, acepta como su destino perdedor. Hágase tu voluntad y no la mía.
Y digo insólito porque Quislant, con esta reforma, está demostrando que es ‘ademocrática’. La alcaldesa de Pozuelo carece de sentido democrático, entendiendo como sentido democrático el juego político entre la acción de Gobierno y la labor de Control de la Oposición. Para ella, la reforma no es ni buena ni mala. Ella no piensa que esté haciendo algo antidemocrático porque ya no sabe distinguir una cosa de la otra. Quislant vive tan engreída y ensimismada que ya no distingue lo que es democrático de lo que no lo es. “Ego sum qui sum”. En el ataque de jactancia que padece, ha perdido su sindéresis. Su cordura política. Lo que no sé es si la cosa es temporal o crónica.
Pero no sólo ese es el problema. En esta reforma del ROP, Quislant también mostrará, fehacientemente, ese instinto de protección a sus concejales que apunta en cada Pleno y que podría denominarse el síndrome de la Gallina Clueca.
Con la reforma que se aprobará, la alcaldesa, entre otras cosas, podrá elegir las cinco preguntas a las que contestará oralmente su Gobierno de todas las que presente la Oposición al Pleno. Es como alucinante. Increíble. Pero a ella le da igual porque de lo que se trata es de proteger, políticamente, a sus concejales. Las preguntas no sirven para nada. Solo ponen en ridículo a los concejales del Gobierno y eso Quislant no lo puede consentir.
Tampoco quiere que se repitan las preguntas contestadas. La mayoría de concejales del Gobierno no contesta a las preguntas por escrito de la Oposición o su contestación es una auténtica burla. La Oposición, lógicamente, vuelve a preguntar demandando seriedad y coherencia. Nada. A partir de ahora, esas preguntas no se podrán volver a hacer en un año. Quislant considera que eso es una burla a su gente y en plan de gallinita clueca quiere protegerlos bajo sus alas. Son tan débiles… Pobres. Y la Oposición los hace sufrir tanto…
Y esa Oposición, salvo que nos muestren algo mañana, están como las vacas viendo pasar el tren.
Espero que mañana anuncien que han denunciado estas propuestas antidemocráticas a sus partidos madres y que estos estén preparando un buen pollo político en Madrid.
Creo que, de ser así, esas cosas deberían hacerse antes porque, una vez aprobada la reforma, pasará como aquello de la cebada y la muerte del burro.
No creo que algunos concejales del Gobierno se sientan satisfecho con esta reforma del ROP. No me lo creo. El problema es que tragan. Todo el mundo traga en Pozuelo. Sus razones tendrán.
A mí solo me queda desempolvar aquella genial frase de Miguel Ángel Rodríguez y actualizarla: “Váyase, señora Quislant. Váyase de Pozuelo. No nos avergüence más”.
El Capitán Possuelo