Un eufórico PP nos engañó como a chinos en la enmienda anti-Cospedal, “pelo nadie quiele dalse pol entelado”. Un artículo de Pepero Pozuelero

No pasó nada en el Congreso Nacional del PP. Mariano Rajoy es un hombre previsible y ya lo había anunciado: Lo que funciona no se cambia y él piensa que el PP funciona. Y como no soy militante ni afiliado, que es lo que se lleva ahora, y solo me dedico a votar al PP cuando toca, quiero señalar aquí (ya que me dejan hacerlo sin censuras) que todo me parece muy bien, pero que me hubiera gustado que, al menos, se hubiesen guardado algunas formas. No todo vale por mucha euforia reinante que hubiese. Y por supuesto, no vale salir en tromba después del error a justificarlo todo cuando era algo injustificable.
Yo sé que los congresos, por lo general, los ganan los aparatos de los partidos y en el PP no es una excepción pero a mí, ya que voto a este partido, no me ha gustado cómo se ha aprobado una ponencia. Y no me ha gustado por varias razones muy importantes a mi manera de entender la política.
Era una moción sin mayor trascendencia pero era muy significativa en un Congreso Nacional del PP que nos había vendido regeneración. Nos lo había vendido pero en el que la apisonadora búlgara del aparato estaba funcionando sin pudor.
Se votaba en la ponencia política y de estatutos sin ninguna incidencia hasta que se propuso la votación relativa a la enmienda sobre la acumulación de cargos de los afiliados y que señalaba, específicamente, el caso de María Dolores de Cospedal. Incluso, decían que era una enmienda anti Cospedal. Téngase en cuenta que esta superwoman de la política española acumula tres cargos. No uno ni dos, tres.
Todo ocurrió en medio de un gran alboroto, según varios testigos. Muchos compromisarios no estaban y otros tantos saludaban a compañeros de la formación sin prestar demasiada atención a las votaciones lo que no deja de ser, por otra parte, una falta de respeto a todos los que votamos al PP.
En aquel instante, dirigía la mesa de la ponencia Teodoro García, diputado popular por Murcia. «Votos en contra», pidió primero. «Votos a favor», continuó. La falta de claridad en el resultado y la falta de atención de los asistentes obligó a repetir el proceso.
Antes de la revisión de los «contadores», Teodoro García, que contó las cartulinas visualmente en menos de 20 segundos y anunció que la enmienda era rechazaba. Escandalazo impresentable.
Después, llegaron los números oficiales: el texto sobre la prohibición de acumular cargos fue rechazado por 328 votos en contra, frente a 303 a favor y 8 abstenciones.
Según García, todo se hizo conforme al reglamento y continuó con otras enmiendas entre quejas y abucheos, gritos e, incluso, acusaciones de «tongo». Y después salieron en tromba todos los portavoces a darle legalidad a la votación. Algunos, incluso, de forma poco cortés.
El PP no merecía algo así y los votantes menos. A mí no me gustó nada pero no porque esa votación perdiera sino por la forma en que se hizo. No voy a entrar en la capacidad de la señora De Cospedal pero soy de los que piensa que no hay persona en el mundo capaz de llevar tres cargos tan distintos y complicados como Ministra de Defensa, Secretaria General del Partido Popular y Presidenta del Partido Popular en Castilla La Mancha.
¿Es que el PP no tiene a gente preparada y ella tiene que ocupar tres?
Yo no estoy de acuerdo siquiera con aquellos políticos que compaginan dos cargos, como puede ser el caso de Antonio González Terol que es Alcalde de Boadilla y Diputado en el Congreso, porque no puede atender a una de las dos responsabilidades. Es la teoría de las mata corta: o te arropas la cabeza o los pies. Pero no te puedes arropar las dos cosas a un tiempo. Pero ya que tenga tres cargos y tres responsabilidades como Dolores de Cospedal me parece una atrocidad.
No me sirve que Rajoy haya puesto a Martínez Maíllo para contrapesar tanto poder en el PP. Creo que ahí, se nos ha engañado como a chinos y lo peor es que “nadie quiele dalse pol entelado”.
Espero que esto no cueste, antes o después, que la derecha pierda el Gobierno de la Nación como ya perdió el Gobierno de Castilla-La Mancha por culpa de la ambición de la señora De Cospedal.
Pepero Pozuelero