De Alcobendas a Pozuelo, pasando por Madrid, a través de las VPO

La verdad es que el ladrillo nos sigue trayendo historias en las que se ponen de manifiesto las excrecencias humanas, seguramente, porque el cemento siempre ha estado cerca del dinero. Y, como saben muy bien nuestros lectores, el vil metal acaba siendo el objetivo final para todos los que se allegan a la política, eso sí, con la finalidad de conseguir una sociedad más justa y equitativa. Lógicamente, que mejor manera de ejemplarizar con lo prometido, sino sufriéndolo uno mismo y así comprobar, en primera persona, la “ irritante “ experiencia vital.
Los acontecimientos del Sr. Espinar con su vivienda en Alcobendas y la desgraciada situación a la que tuvo que verse abocado, no por su afán especulador ¡faltaría más! sino como consecuencia de las políticas represoras y antisociales que llevaron a nuestro país al paro, la falta de recursos y a la emigración de tantos de nuestros jóvenes (opción, lógicamente que él desecho) son las causas, objetivas, de sus desdichas.
Detalles menores como no estar empadronado en la ciudad, que la Cooperativa le pudiese devolver todo lo invertido, en beneficio de otro ciudadano que sí cumpliese requisitos y, sobre todo necesidad de vivienda digna…, son menudencias que con las prisas y los quehaceres diarios se le pasaron. Porque yo no puedo pensar, ni por un momento, que él se pudiese aplicar la célebre sentencia: consejos doy que para mí no tengo.
La difusión de la noticia con carga tan grande de crítica, a un prócer de la ciudadanía, conllevó que toda una pléyade de próximos le diesen la razón, felicitando su proceder y defendiendo su obligada venta, incluso el tener que quedarse con los rendimientos. Todo dentro de un enfoque en el que atacar a Ramón, es un ataque a la ciudadanía que, como siempre, ellos representan, más allá de las razones objetivas de la crítica realizada.
El Sr. Espinar ha salido a la luz como antes lo hizo su compañera Tania, hoy rival en Podemos, ella en la transacción, seguro que tan legal como alejada de los preceptos éticos que dice defender, también se vio en la necesidad de quedarse con la plusvalía…más puñaladas da el hambre que diría el progre.
En nuestra ciudad no íbamos a ser menos y, a falta de uno, hasta tres concejales actuales de la oposición estaban incluidos en la lista de candidatos para las viviendas de alquiler a precio reducido ( Pablo, Elena y Marta ), aunque justo sea decirlo que fue mucho antes de su actual singladura política y por supuesto cumpliendo los requisitos obligados, también es de justicia recordarles que estaban forzados a haber tenido la cintura política, mínima, para más allá de no haber sido incluidos en la lista de agraciados, haberse dado de baja en el registro antes del sorteo.
Que nos tuviésemos que enterar por el ABC, solo significa los hilos que llegan a mover los de la gaviota en Pozuelo de Alarcón y, vuelve a poner de manifiesto las dificultades que se pueden encontrar los que quieran acceder al trono Consistorial, propios y de la competencia.
No son comparables los ejemplos comentados, Ramón viene de la casta que tanto critica, pero si es obligado cuando uno se convierte en servidor público en ser honrado y parecerlo y al igual que hicieron una nota pública y conjunta los tres exculpando la situación y haciendo gala de sus derechos – pena que no recordaran sus deberes y que la humildad es una virtud – , sería muy bueno que aprendan la lección y no crean que porque los subieron al palco el día del pregón, están dispuestos a dejarles hacerse con la balconada.
Ahora sois profesionales de la cosa pública y lo primero que tenéis que poner en valor, para defender lo de todos es vuestra conducta: intachable e inmaculada. A partir de ahí, cualquier demanda que llevéis adelante puede alcanzar el mayor de los éxitos porque no os podrán condicionar…, aunque todos somos falibles, pero lo evitable, eso sí que se puede obviar.
A. Nogueiro