Toño Sanchís ha justificado la divulgación de las conversaciones de WhatsApp que mantuvo con uno de los hermanos de Belén Esteban porque, según cuenta a Beatriz Cortázar, «tenía que defenderse».

El exrepresentante de la colaboradora de Sálvame dice que lleva «diez meses» sintiéndose «acosado personal y profesionalmente y lo que no pienso tolerar es que ataquen a mi familia». «Se ha dicho que mi padre se inventó una enfermedad, que mi hermano es corrupto, que mi mujer había pedido ayuda para huir de nuestra casa con nuestros cuatro hijos, nos han puesto cámaras ocultas… He tenido que poner demandas porque me siento muy molesto», añade.

Sobre el dinero que le reclama Belén Esteban, Sanchís insiste en que este tema está en manos de sus abogados: «No niego que siempre hay una preocupación, porque estas cosas no te dejan indiferente, pero yo no he hecho nada que Belén no me dijera». Según señala Cortázar, «es muy llamativo que nada más comenzar a exigirle los papeles le entregara algo más de 300.000 euros en efectivo que, supuestamente, le había guardado por indicación suya». «Aunque suene extraño, me da mucha pena ver a Belén hablar así, han sido muchos años juntos y una confianza enorme», argumenta el representante.

Finalmente, la colaboradora de la Crónica Rosa de Es la mañana de Federico cuenta que quienes están cerca de Belén aseguran que Toño lo va a tener muy complicado ante el juez: «Va a tener que explicar qué ha hecho con los trabajos que no ingresaba a su representada y que algunos han calculado en cerca de medio millón de euros».