Alberto Feijoo y Alfonso Alonso defienden, desde la moderación y rigurosidad, un proyecto político próspero y en LIBERTAD en Galicia y el País Vasco
Os voy a ser sincera. Estoy harta. Después de hacer un seguimiento de la información política. Después de darme cuenta de la poca importancia que para muchísimos grupos empresariales de comunicación ha supuesto el mayor escándalo de corrupción de nuestro país. Los ERE de Andalucía. Casi 800 MILLONES DE EUROS PÚBLICOS, distraídos. (Por ahora) Esas peticiones de cárcel e inhabilitación para dos expresidentes de Andalucía (PSOE). Esa barbarie y esa trama corrupta que se está investigando. Ese silencio y ocultación cómplice de muchos.
Después de todo esto. Una siente irremediablemente ganas de hablar de ello. Como en su día lo hice de Rita Barberá, hace ya siete meses. Una. Yo. Siente ganas de gritar BASTA YA de tanta manipulación y ocultismo. Una, léase, yo misma. Siente la enorme vergüenza de comprobar la manipulación en relación a una de las noticias políticas más graves de la democracia española. En definitiva, yo siento vergüenza de muchas cosas que leo, veo y escucho. O más bien, de lo que no leo, ni veo ni escucho. ¿Vosotros no?
Aunque hablar de todo esto cuando España sigue sin gobierno. Sigue bloqueada. Cuando el domingo votan gallegos y vascos para elegir a sus representantes. Cuando internacionalmente señalan a Pedro Sánchez para que levante el veto y deje avanzar a España por el camino de recuperación iniciado. Cuando los españoles empezamos a temer por el futuro. Cuando seguimos en el día de la marmota, sobre todo, con las declaraciones de algunos políticos “emergentes”. Cuando pasa todo esto, amigos, hablar de eso es cuanto menos inapropiado.
Así que he decidido no hablar más de los ERES de Andalucía. Tiempo habrá. Ni tampoco del gran agujero que nos han hecho a todos una panda de chorizos. Tampoco hoy quiero señalar la manipulación mediática. No. No me interesa.
Hoy quiero hablar de futuro. Prosperidad. Libertad. Igualdad. Derechos.
Hoy quiero hablar de dos candidatos. Alberto Núñez Feijoo y Alfonso Alonso. Dos políticos moderados, liberales. Con experiencia en la gestión. Defensores de su tierra y de España. Y que el próximo domingo se presentan a sus elecciones autonómicas. Y reflexionando sobre ellos he llegado a la conclusión de que en el PP tenemos candidatos extraordinarios.
Efectivamente. Ninguno de ellos ha necesitado ningún plató de televisión para ser conocido. Ninguno ha necesitado bloquear instituciones para ser reconocido. Ninguno ha necesitado ponerse un atril delante para ocultar su nerviosismo. Ninguno necesita “cursos express” sobre su tierra y su lengua. Y ninguno de ellos ha utilizado jamás el odio como arma contra un adversario político. Y todo esto es lo que está siendo habitual entre muchos políticos actuales. Por eso ellos son extraordinarios.
Alberto y Alfonso. Candidatos del PP. Candidatos que se han hecho en sus ciudades. Candidatos con méritos propios y capacidad más que demostrada. Candidatos que han defendido la libertad. Candidatos que ya han ganado elecciones. Alberto en su tierra, Galicia. Y Alfonso, en la suya, Vitoria. Los dos extraordinarios gestores premiados por los ciudadanos con sus votos. Y ambos unidos también en su defensa férrea de su tierra, su gente y de España.
Amigos, el Partido Popular no necesita empapelar Galicia o País Vasco con la foto de Mariano Rajoy. No lo necesita. Porque sus candidatos son conocidos allí. Porque son gente de la calle. Porque conviven con la gente. Porque conocen los problemas que sufren. Porque son candidatos reales. ¿Alguno de vosotros puede visualizar la imagen del resto de candidatos? Quitando al nacionalista vasco (PNV), los demás me cuesta. Y sigo la información política.
Y en ese conglomerado de candidatos desconocidos, apoyados por sus mediáticos líderes. Los gallegos y los vascos decidirán quién será su próximo Presidente. Puede que algunos piensen que esto no es importante. Sin embargo, sí lo es. Tanto la forma como la decisión que allí tomen, porque, sin duda, nos afectará a todos. Por eso quiero hablar de ellos. Seguimos el formato de las municipales. No conocemos a los candidatos y votamos al showman político. Pero el Partido Popular no actúa así y a las pruebas me remito. Y yo, lo agradezco.
Pero no sólo de personas podemos reflexionar. También de los proyectos que defienden. Y esta tarea, a veces, puede llegar a ponerte los pelos de punta.
En Galicia, todos se quieren unir para “expulsar” al más que previsible ganador del domingo. Y en el País Vasco parece que la radicalidad puede desbancar en votos a los partidos constitucionalistas. Separatismo. En ambos casos, amigos, se está volviendo a agitar la bandera del odio. Odio contra un proyecto, unas ideas y un partido. Y el odio no es bueno. El odio genera violencia y la violencia genera dolor. Rompe a la sociedad. Y debemos luchar contra ello. No sé vosotros. Yo elijo la convivencia en paz y el respeto a todo y todos. Pero, esto es lo que hay.
Cuando oigo a algunos hablar de libertad. Se me revuelve el estómago. ¿Hablan de libertad aquellos que jamás han luchado por ella? ¿Hablan de libertad desde sus cómodos asientos en sillones parlamentarios catalanes o madrileños? ¿Hablan de libertad desde platós de tv?
La libertad se ha defendido por personas que han pisado la calle. Que han expuesto su nombre, el de su familia o el de sus amigos para que tú y yo seamos libres. La libertad se consigue con progreso. Con avances. Con moderación. Con resultados.
El PP siempre ha defendido la libertad, amigos. Aquí, en Pozuelo. En Cataluña. En Aragón, Navarra. Galicia. Y, por supuesto, en el Pais Vasco.
Alberto y Alfonso. Feijoo y Alonso. Han defendido la libertad. Y han demostrado que son excelentes gestores. Puede que Alberto gane sin lugar a dudas y es probable que a Alfonso le quede mucho camino que recorrer para convencer a la mayoría de que se puede ser libre en el País Vasco sin votar nacionalismos.
Pero, para mí, los dos son ya ganadores. Políticos extraordinarios. Personas que defienden el proyecto en el que yo creo. Y son, un ejemplo más, de que los españoles podemos seguir confiando en el Partido Popular.
Yo me siento orgullosa de los dos. Como de otros muchos políticos del PP. Pero mi artículo de hoy es para ellos. Porque defienden, desde la moderación y rigurosidad, un proyecto político próspero y en LIBERTAD.
Gracias y suerte, compañeros.
Yolanda Estrada