A ella no le va eso de las votaciones: Celia Mayer inició las obras para trocear el Circo Price antes de someter la propuesta a votación
El pasado 17 de mayo el equipo de Ahora Madrid llevó a la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de la capital una propuesta para trocear el Circo Price. El plan era trasladar la oficina donde actualmente están los trabajadores de las instalaciones a otro espacio «infrautilizado» del edificio y así poder ceder la sala liberada al «tejido cultural de la ciudad». La oposición en bloque (PP, PSOE y Ciudadanos) votó en contra.
El rechazo a esta iniciativa fue tan contundente que el Gobierno municipal, que carece de mayoría, optó por retirarla del orden del día del Pleno municipal de la semana pasada, donde tenía que haberse ratificado o rechazado definitivamente. En el área que dirige la concejal Celia Mayer reconocen que tomaron esta decisión porque «no había suficiente consenso con el resto de los grupos».
Sin embargo, previamente a que la intención de segregar una parte del Price fuera sometida a votación, ya se habían iniciado las obras de acondicionamiento de lo que en origen se concibió como la sala de exposiciones del circo, situada en la fachada principal. Es ahí a donde estaba previsto que se trasladaran la veintena de empleados que actualmente trabajan en las dependencias destinadas a oficinas ubicadas en la parte posterior del edificio, que son las que el Área de Cultura planteaba ceder a movimientos asociativos.
Dos concejales del PP visitaron el pasado viernes la instalación municipal de la ronda de Atocha, en el distrito de Arganzuela, y pudieron comprobar in situ el resultado de las obras de remodelación del espacio de 1.261 metros cuadrados, presupuestadas en 48.000 euros más IVA. Además de instalar más enchufes en las paredes en previsión al traslado de ordenadores, se ha construido un cuarto de baño.
«Celia Mayer ha vuelto a cometer el mismo error que con la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, que todos sabemos cómo acabó: reponiendo placas que se habían retirado sin solicitar los expedientes necesarios», explica la portavozpopular de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid, Isabel Rosell. «En esta ocasión sí que ha pedido expedientes, pero el modus operandi ha sido el mismo: una cacicada», añade la edil, que acudió al Price junto a su compañero de filas Pedro Corral.
En el Área de Cultura justifican que, «en los años recientes, el edificio se ha encontrado sólo parcialmente ocupado por parte de las oficinas del circo,constituyendo un espacio infrautilizado en relación con su potencia como infraestructura cultural». Según explica una portavoz, «no se han realizado obras de adaptación, sólo de acondicionamiento de espacios para la posibilidad de implantar en el futuro nuevos usos culturales».
«Respecto a la ubicación de las oficinas, previa valoración con la gerencia, se ha decidido reubicar las oficinas allí instaladas junto con el resto de oficinas en la planta segunda del edificio de la ronda de Atocha, quedando éstas más próximas y accesibles a los espacios escénicos y la actividad habitual del circo, y mejorando la cohesión del equipo de trabajo», añaden.
De momento en el Gobierno local no ha detallado si tiene pensado retomar su propuesta de ceder un espacio de alrededor de 1.000 metros cuadrados para actividades ajenas al Price y sin gestión pública ni -de ser así- cómo lograría los apoyos necesarios. La delegada Celia Mayer defendió en la Comisión de Cultura que en la ciudad ya hay «experimentos muy exitosos, internacionalmente reconocidos, de experiencias de cogestión», como por ejemplo Matadero, pero aun así el rechazo de la oposición fue unánime.