Un minuto para el oprobio y un mal tipo llamado Arnaldo Otegi
Incluso el hombre de paz, el ciudadano Otegui, recuerda en dónde estaba la trágica tarde que los gudaris vascos, por él defendidos, asesinaban a Miguel Ángel Blanco aquella tétrica tarde del 13 de julio de 1997. Lo que nos diferencia en ese recuerdo es que este “intelectual” nacionalista disfrutaba del día de playa familiar, con la certeza ¡qué ironía, sino fuese trágico lo acontecido! de que no pasaría nada en ese secuestro.
Un país que no cura y limpia sus heridas, siempre y en cada momento será víctima de ellas y por muchos años que pasen volverá a recaer en sus miserias, tratando de tergiversar la historia adaptándola a la realidad que le interese, que siempre es la misma: la que esté de acuerdo con los fines que pretenden los que defienden, con cualquier medio, su ideología por encima de todo y de todos.
Para alcanzar este grado de perversión es necesario el apoyo de personas ( individuos ) , movimientos sociales, empresarios, deportistas ( por comisión u omisión ) partidos políticos… y medios de comunicación que, siempre sobre la base de la democracia, el respeto a las minorías, las demandas sociales, los derechos históricos y, no podría ser de otra manera y máxime en este nuestro país, : ser de izquierdas ( “querer el bien para todo el mundo “, bajo la nueva definición de Cristina Pedroche ) garantizan que el camino es el adecuado y que cualquier circunstancia padecida era necesaria para llegar a la meta final; cuna de bienestar para todos, aunque, muchos de los implicados no lo veamos aún, víctimas de nuestra necedad y/o ceguera intelectual. En definitiva, los casi mil asesinados de ETA, los cientos de miles huidos de su tierra natal, una sociedad adormecida ante la violencia, la perversión del lenguaje para endulzar lo acontecido, que sigue, son daños colaterales necesarios y obligados para alcanzar las más altas cotas de felicidad y de bienestar común ( en definitiva, el fin justifica los medios; concretamente, nuestro fin justifica nuestros medios ).
Por supuesto que, no lo duden, se encuentra a mucha gente de buena fe que tras tanta insistencia y ante la avalancha de personajes conocidos y reconocibles, públicamente, se dejan llevar y dan apoyo – entiéndase votos – a estos individuos que nos llevarán a la patria feliz, imagino que como en nuestra Venezuela hermana, con todo y sin nada , pero con una jornada laboral de dos días…
La última hazaña de todos los que nos quieren salvar, estos cachorros de la violencia, la acabamos de ver en el Parlamento Europeo y no ha sido la intervención del susodicho inicialmente, ni las palabras faltas de arrepentimiento, ni mucho menos incluir en el mismo saco a víctimas y victimarios…, que también.
Ese minuto de silencio dedicado a las personas inocentes que defendiendo la libertad y el futuro de todos, solo los pueden encontrar (y no a todos) sus familias y amigos en el camposanto, no fue suficiente razón, para que la muchachada de Garzón e Iglesias (bien secundados por eurodiputados de CDC,ERC y AGE ¡ ay mi paisana!) además de llevar al” hombre de paz”; justificasen el no acompañar al tributo obligado a los que han posibilitado que ellos puedan hoy defender sus ideas y vivir a cuenta del ciudadano, aunque se encuentren en el extremo opuesto de los que ofendían con su ausencia con los argumentos más peregrinos.
Sincera y llanamente, ninguno de nosotros podemos sentirnos engañados, ni confundidos, por las dos formaciones que dicen resolverán todas las malas praxis de la “vieja política” y los que de ella viven “casta“ y no nos puede sorprender porque la finalidad última del Stalinismo, no es otra que el pensamiento único y totalitario (de palabra, obra o acción). Bien que lo acaba de poner de manifiesto con el “ aniñado “ Errejón…el gran jefe y guru de los círculos. La pregunta que podemos hacernos es ¿si esto le hacen al número dos…, qué les puede ocurrir a los demás?
Mientras, en la acera de enfrente, los defensores de la moral y las buenas costumbres, adalides de los valores cristianos y de la familia, acompañantes de ese minuto, eternamente merecido para las víctimas y sus familias… habían soltado a Bolinaga, no sé si por obligación legal o por razones humanitarias, consiguiendo, ¡ vaya canallada! que Ortega Lara tuviese que abandonar a los que tanto defendió, durante su cautiverio.
No, si en el fondo, separándoles tantas cosas…sigue habiendo demasiadas en común y la que más los une a todos es siempre la misma: seguir en el cargo.
A nosotros, a los ciudadanos que día a día tenemos que sobrevivir con todos ellos, solo nos queda seguir caminando
PD : En recuerdo de todas las víctimas del terrorismo, gracias a ellas hoy somos más libres.
A. Nogueiro