Hoy nos visita: Eduardo Oria de Rueda Elorriaga, concejal de Medio Ambiente y, desde hace poco, de Innovación
Paciente de hoy: Eduardo Oria de Rueda Elorriaga, concejal de Medio Ambiente y, desde hace poco, de Innovación
Análisis:
Eduardo Oria es la viva definición de lo que se entiende por casta. Casta pepera, claro, que hay mucha casta suelta en la política. Y más tras el aluvión que ha llegado en los últimos cuatro meses. Distingamos.
Sin oficio conocido, lleva toda su vida viviendo de la política y, lo que es mejor, espera seguir haciéndolo el resto. Le va bien, para qué negarlo.
Hombre tranquilo que ha encontrado en la alcaldesa accidental la horma perfecta de su zapato. Ella lo trajo aquí y aquí seguirá sirviéndola mientras le dejen. Aunque su destino ya estará para siempre unido a la alcaldesa.
Si estarán unidos que, tanto Pérez Quislant como Oria de Rueda Elorriaga comparten esa maravillosa unidad familiar aceptada e, incluso, promovida por el PP que vive del oficio público. Una familia en la que eso de trabajar es un verbo que no se conjuga en primera persona del singular y del plural. Cómo mucho que trabajen ellos. O vosotros. O tú. O él. Pero que trabajen otros. ‘Qué gente más pesada con lo del trabajo’
Se sospecha que Oria tampoco piensa pagar sus impuestos en Pozuelo. Nunca. Le va bien así. Para qué negarlo.
Diagnostico:
Su proceder y, como consecuencia, su imagen es la de un PP del siglo pasado. Huele a vela de velatorio. Político, por supuesto, que nadie me malinterprete. Pero eso es igual de malo en los toros que en la política.
Tratamiento:
No será fácil recuperarlo porque necesita renovarse en todos los aspectos. Empezando por su mentalidad.
Para ello se le prohíbe acercarse a Paloma Tejero (no vaya a ser que, encima, torne a pijo) y se le recomienda que durante un tiempo abandone lo público y se ponga a trabajar en lo privado. Situación que será revisable, como la prisión permanente revisable. Y si no puede volver a la cosa pública que no vuelva.
Fdo.: Dr. Pozuelo