Primera crónica de un Pleno bronco en el que la Oposición volvió a darle un baño al Gobierno y que terminó como el rosario de la aurora y con una peluquera de testigo

No podía imaginarme, a priori, que el Gobierno iba a recibir la somanta de palos políticos que ha recibido en este Pleno del mes de marzo. Vamos a paliza por Pleno. Como esto siga así, los Plenos van a ser una feria.
La actuación de Félix Alba en dos mociones ha sido patética. Pobre Alba. Ha tenido que defender lo indefendible. Ha tenido que dar la cara ante dos temas que le correspondían a Paloma Tejero. Porque los temas de las mociones del Grupo Municipal Socialista y del Grupo Somos Pozuelo sobre la problemática urbanística en el ámbito de la zona de las viviendas Coca de la Piñera estaban claro que pertenecían a la concejalía de la señora Tejero. Pero la señora Tejero es forastera y no sabe nada de Pozuelo. Y como, además, pertenece al círculo cercano de la alcaldesa que las mociones las defienda Alba. Pobre Alba.
En las preguntas orales, se montó un lío importante en medio de un debate entre Beatriz Pérez Abraham y Pablo Gómez Perpiñá con insultos e intervención de una alcaldesa Quislant muy nerviosa. Tan nerviosa y disparatada que , al final del Pleno, tuvo que pedir disculpas.
Pero vayamos por partes, como diría Jack El Destripador porque, además, tenemos de testigo a una peluquera.
Empezó el Pleno con un protagonismo inusitado de Diego de Aristegui ya que se trataron dos temas de personal. Uno raro y otro rarísimo.
El raro estuvo relacionado con el aumento de abogados en la Asesoría Jurídica. El mundo al revés. No estoy de acuerdo con la remunicipalización del servicio. Eso es antiguo. Pero supongo que a alguien hay que colocar.
El rarísimo, en cambio, es, además, delito. Presuntamente, claro. Habré de volver sobre él porque es algo lioso pero creo que, sin duda, es algo grave. Va de una peluquera a la que se contrató y ahora se la cesa. Pero, en medio, se han producido situaciones extrañas que dan pie a pensar que se ha cometido, presuntamente, algún delito. Insisto que volveré.
La primera moción era del Grupo Municipal Socialista junto al Grupo Municipal Ciudadanos y el Grupo Municipal Somos Pozuelo sobre la completa rehabilitación urbana integral abarcando espacio público y edificaciones de la zona Pinar Prados/Coca de la Piñera. Una moción muy argumentada ya que estaba sacada de un proyecto aprobado por el propio PP dentro del organismo SUMPASA.
Bastaba y bastó con leer lo aprobado por SUMPASA y poner sentido común para que adquiriese una fuerza política inusitada. Todos lo entendieron. Maite Pina fue del rojo al amarillo ya que, en bastantes momentos de su discurso, jugó al tremendismo. Miguel Ángel Berzal estuvo especialmente duro. Y llegó el turno de Félix Alba. Lo tenía difícil y se tiró por la calle de en medio, acogiéndose a argumentos poco creíbles y a generalidades aprobadas en mociones anteriores pero sin ninguna consistencia. Palabras y solo palabras. Este tema se le ha ido ya de las manos al Gobierno y su problema es que, con ello, ha perdido credibilidad y ya diga lo que diga nadie le creerá.
Después Ángel González Bascuñana “mató”, políticamente hablando, a Félix Alba. Creo, sin embargo, que tuvo piedad de él. Le dijo, incluso, que todo Pozuelo espera que algún día dé un paso adelante. Algún día. Pero será difícil porque su éxito político ha sido siempre vivir de perfil. Aquí empezó el nerviosismo de la alcaldesa Quislant. Pero solo era un amago. La tensión se mascaba.
Por supuesto, la moción no se aprobó. Este tema, insisto, le estallará al Gobierno en la cara. Creo que tiene un compromiso con alguien y la realidad es distinta a la que está contando. Le costará salir de él. Va de error en error. Y el problema es que no sabe salir del jardín en el que se ha metido.
La segunda moción era de Ciudadanos e iba sobre “igualdad de derechos y oportunidades para jóvenes homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales, con el fin de evitar comportamientos discriminatorios en centros educativos”. Me niego a comentarla. Ya la he hecho en otras columnas. Además, como se esperaba, el debate fue sobre lugares comunes.
Me llamó la atención, eso sí, el enjuague que se hizo así mismo C’s. Rectificó su propia moción. Luego resultó que había sido cosa del Grupo Municipal Popular. Como siempre hace. Aunque esta vez de tapadillo sin que se notara. Genial. Ay, Marta. Con qué poca pasión defendió la moción de la moción.
La tercera moción era del Grupo Municipal Somos Pozuelo y llovía sobre mojado. Era sobre el Foro Cívico y la Casa de Extremadura y venía a ser la continuación de la presentada por el PSOE ya que venía también apoyada por toda la oposición e iba, prácticamente, sobre el mismo tema.
Y otra vez Félix Alba a nadar contra corriente porque la señora Tejero no quiso saber nada del tema. Ni una sola vez la enchufó la cámara de transmisión y eso que el tema era suyo. Para esta solución no se necesita concejala de Urbanismo.
Helio Cobaleda estuvo sentimental, Raúl González muy mejorado en su puesta en escena y de nuevo Félix Alba tuvo que pedir auxilio e intentar justificar lo injustificable. No dijo nada de la presión impropia que están ejerciendo sobre el Foro y se mostró enfadado y nervioso. Insisto de nuevo, este tema del ámbito de la viviendas Coca de la Piñera no ha hecho más que empezar. Le estallará en la cara al Gobierno. Y pasará por no ser claros.
Pablo Gómez Perpiñá lo ‘mató’, políticamente, también. Pero sin piedad, no como hizo Bascuñana. En términos taurinos, lo toreó por arriba un poco y lo derribó sin puntilla. Pobre Alba. Y la tensión aumentaba.
También se cargaron la moción. Lógico. Allá ellos.
La cuarta moción era una estupidez. La proponía el PP e iba sobre el aparcamiento disuasorio de Colonia Jardín. Un dislate. Todo consistía en pedir al Ayuntamiento de Madrid que hiciera lo que ya tiene previsto hacer.
Como la oposición se lo recordó en sus intervenciones al Gobierno, Pablo Rivas le dio la vuelta al tema sobre la marcha. Fue acojonante. De defender una moción absurda pasó a echarle la culpa a la oposición del error de la moción y les dijo, increíblemente, que si no se resolvía el problema del transporte en Pozuelo era por culpa de la oposición que no votaba por el aparcamiento de Manuela Carmena. Fue la pera limonera.
Sobre la última moción del PP sobre el voluntariado sigo in albis. Como antes de empezar el debate. No me enteré de nada. Sé que todos quieren mucho a los mayores pero los intervinientes en el debate tuvieron un discurso tan blandiblú tirando a cursi que casi me duermo. Y mira que la cosa me afecta porque lo mismo me interesa el tema. Yo ya soy mayor.
Y poco más. Mañana vuelvo sobre el tema con la segunda parte de la crónica. Una parte muy interesante porque ahí fue donde se pasó de la tensión a la bronca. Pero ya no puedo seguir. Esto es demasiado largo ya.
El Capitán Possuelo
En Facebook hablan de este pleno haciendo resaltar el insulto a la concejal Beatriz Pérez Abraham.
Me gustaría saber por qué la insultaron y si fue recìproco y cual fue el tema que prendió la mecha.
Muchas gracias
Gracias por su participación. La respuesta la tiene en la crónica del Pleno. O, mejor, en las dos crónicas del Pleno. Saludos