Primera parte de la crónica del Pleno de Febrero, en el que el Gobierno le volvió a hacer la pirula al PSOE y le ‘robó’ su moción. Después, la web municipal se cayó de nuevo
Para empezar diré que siento profundamente la enfermedad de doña Elvira. Le deseo una pronta recuperación. Los Plenos no son lo mismo sin ella aunque Oscar Campelo haga magníficamente su labor. Que la Fuerza le acompañe, Elvira.
Dicho esto y hasta donde se pudo ver, el Pleno de hoy fue soporífero. Frío como la mañana, nublado y con algún rayito de sol. A mitad del Pleno se volvió a caer la web del Ayuntamiento de Pozuelo (una vez más) y hasta ahí escribiré. Mañana, haré la crónica de la parte que no se vio en directo, tras mirar la grabación. Si es que la han subido.
Este Gobierno de la modernidad no acaba de cogerle el punto a la tecnología… En fin…
El Pleno empezó su parte de impulso político y control, que es la comprensiva ya que lo demás es imposible, con la moción de Somos Pozuelo sobre la iniciativa del Corredor Ecológico de los Arroyos y Retamares del Sureste de Madrid a su paso por Pozuelo. Idea preciosa pero poco trabajada y que afecta a demasiados pueblos, cada uno de ‘su padre y de su madre’ políticos y, por lo tanto, de difícil realización. Más utópica que otra cosa. Pero bueno, este grupo es así de lanzado…
La oposición la apoyó, por aquello de la utopía verde, toda la oposición e, incluso, el propio Gobierno la aceptaba como algo magnífico. Pero Eduardo Oria la bajó a la auténtica realidad de la vida con un discurso, tengo que decirlo, muy trabajado y muy bien construido. Y, políticamente, muy bueno.
Se nota que, cuando se trabaja un tema para el debate en el Pleno y se hace desde la política, la argumentación funciona. Hasta el punto de que, tras la intervención de Oria, el portavoz de Somos Pozuelo quedó un tanto desconcertado. Tan desconcertado que retomó el tema en su siguiente intervención, en otra moción distinta, lo que produjo un momento de tensión con la alcaldesa-presidenta.
Susana Pérez Quislant quería que Perpiñá se ciñera, en su tiempo, al tema de la moción que se estaba tratando en aquel momento y el portavoz de la UTE política de izquierdas se negó, como era lo normal, hecho que mosqueó a la alcaldesa. Es cierto que la señora Quislant se contuvo, no como otras veces, y la cosa no pasó a mayores.
Lo paradójico de la situación es que Beatriz Pérez Abraham, en su turno de exposición, unos minutos más tarde y en otra moción, hizo lo mismo y la alcaldesa no le dijo nada. Cosas raras e innecesarias. Al final, la moción no se aprobó. No podía ser de otra manera.
Después se debatió la moción de Ciudadanos. Otra moción utópica. En ella, C’s reclamaba la inclusión de cláusulas sociales, laborales y justas en los pliegos de contratación del Ayuntamiento. Lo quiere hacer también Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid. Y la verdad es que es una moción bonita. Pero no tiene fácil aplicación porque afecta a mucha normativa nada fácil de cambiar.
Como era de esperar, la oposición de izquierdas, la apoyó. Por el Gobierno la defendió Isabel Pita. Y no estuvo bien. Se limitó a contar lo que se hace en Pozuelo cuando lo que se pedía era un debate político. Además, aunque Isabel usó ese estilo tan suyo de maestra de escuela, no estuvo convincente. Estuvo floja y se la vio desanimada. Al final, también se rechazó. Era lo previsto. La flauta no podía sonar.
En tercer lugar, cuando el Grupo Municipal Socialista iba a presentar su moción sobre el Día Internacional de la Mujer en la que proponía la toma de medidas para acabar con la brecha salarial entre mujeres y hombres, volvió a saltar la liebre. Empieza a ser una costumbre del Gobierno de Pozuelo. Creo que ya son cuatro o cinco veces las que Félix Alba se adelanta a la moción, tras una indicación de Quislant, y plantea una enmienda. ¿Cómo? Otra vez no, Félix.
Pero otra vez sí. Y en lugar de haberse negociado la enmienda fuera del Pleno, se propone en el propio Pleno. A salto de mata. Como ‘Fendetestas’, aquel personaje inolvidable de la película El Bosque animado que interpretaba Alfredo Landa. Casi a traición. Desde el aguardo. Qué triste.
Y todo para luego vender que la moción es suya. En fin… Que de nuevo le hicieron la pirula a los socialistas y que, una vez más, estos tragaron. Supongo que porque, en su jerarquía de valores políticos, era más importante que se aprobase la moción que aguantar el asalto de los populares. Es entendible. Pero eso no es consenso.
Se votó y se aprobó por unanimidad. En fin. Pareciera que las grandes iniciativas del Gobierno en esta legislatura son del PSOE con algún retoque del PP. Cosa de las pocas ganas de trabajar. ¿Cómo se le llama a eso? ¿Rémora política? No sé. Quizá fuese más elocuente lo de Chupóptero Político.
Y hasta aquí puedo escribir. Poco después, cuando empezaba el debate sobre el local que el Gobierno va a ceder la Asociación Cultural La Poza se cayó, una vez más, la web del Ayuntamiento y los que seguimos el Pleno por internet no pudimos seguir viéndolo.
Espero ver esta tarde el resto del debate y poder hacerles la segunda parte de la crónica.
Ay, Pozuelo de mi vida…
El Capitán Possuelo