Esperanza Aguirre ha dimitido: ¡Viva la renovación del PP de Madrid!

Muchos pensarán hoy que era normal que pudiera pasar algo así por las continuas sospechas que cercan al PP de Madrid siendo ella la Presidenta.
Otros pensarán que la ya ex-lideresa adelantó a Mariano por la derecha para que no anunciara una Junta Gestora en el PP de Madrid.
Otros aplaudirán la valentía de Esperanza por asumir su responsabilidad política.
Los más ignorantes, como Albert Rivera o Iñigo Errejón, han dicho que la dimisión es por ellos y por la Comisión de Investigación en la Asamblea de Madrid. ¿Se habrán puesto de acuerdo para decir la misma estupidez? A ver si hacen lo mismo y juntos en Andalucía, aunque lo dudo.
Sin embargo, lo que sí es indudable es que el PP de Madrid necesita urgentemente una renovación. Pero no desde ayer. Ni desde anteayer. Hay que mirar mucho más atrás. Y también necesitamos renovar el sistema de elección de nuestros candidatos en todos los municipios de Madrid y la participación de los afiliados. ¡Son tantas las cosas que hay que renovar!
Mi mente se retrotrae al último Congreso Regional del PP de Madrid, año 2012. Pocos meses después de ser reelegida presidenta del PP, Esperanza dimitió como Presidenta de la Comunidad de Madrid. A pesar de que la votamos más de un millón y medio de madrileños. Se fue, pero se quedó. Salió de la primera línea política y decidió erróneamente, que la presidencia del Partido Popular madrileño no era primera línea.
Hablar de lo que pudo ser y no fue es absurdo. Esperanza tendría que haberse marchado entonces. Tendría que haber dado un paso atrás. No por los supuestos casos de corrupción, que también, sino porque el partido lo necesitaba. Oxígeno en esa primera planta. Pero no sucedió. Ella siguió.
Esperanza ha ido matando poco a poco su mito de lideresa. Sin ayuda de nadie. Con su pico y pala. Y yo lo lamento. Ella sola ha sido quien se ha ganado muchas fobias dentro y fuera del partido. Ella siempre ha querido dar la nota. Y ahora se marcha “anotando” dos ideas: ella asume responsabilidades políticas y que todos los afiliados tenemos que hablar en un congreso.
Sobre la primera idea. Esperanza ha reconocido su culpa in vigilando y/o in eligendo. Eso en Derecho Civil tiene un nombre, responsabilidad civil. Que yo sepa es la única política que ha admitido esa culpa públicamente. Puede que no quisiera decir lo que dijo, pero lo dijo. Ella es así. Improvisa y habla. Ella asume esa culpa y no seré yo quien la contradiga. Sin embargo esa responsabilidad no la extiende a su acta de concejal. Hecho cuestionable. Si no puede ser presidenta del PP de Madrid por una asunción de responsabilidad por admitir una culpa, menos aún podrá ser presidenta y portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de la Capital. ¿la han votado? Sin lugar a dudas, pero también la votamos cuando dimitió como Presidenta madrileña.
Segunda idea. Se marcha usando la palabra “afiliados”. Y quiere que hablemos. Bendito cambio de discurso. Antes nos teníamos que callar. Nuestra opinión era totalmente enterrada por sus palmeros. Sólo hay que mirar qué ha hecho en los municipios de Madrid y las listas del PP para saber aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. En fin. Poca credibilidad o ninguna, al menos para esta afiliada que fue uno de los 30 votos en blanco que se escrutaron en el Congreso Regional del año 2012. Pero, repito, bienvenido este nuevo pensamiento liberal.
Lo dicho. Ella ha acabado con ella. Ella y sus palmeros. Hasta la dimisión del Secretario General del PP de Madrid Aguirre la ocultó a la Nacional del PP. ¿Cuántas cosas más ha ocultado a Mariano Rajoy? Ella no es Rajoy, es evidente. Y Rajoy no es ella, a Dios gracias.
Esperanza llegó como una verdadera esperanza al PP de Madrid. Y muchos, como yo, la apoyamos en su momento. Luego ella empezó a andar. Y sus pasos a mí no me convencieron.
Tuve la inmensa suerte de haber vivido una etapa de libertad y respeto con Pío García Escudero, y lo que viví, después, no se correspondía con lo que debería haber sido, un partido liberal.
Hoy muchos aplauden que se haya ido. Pero algunos también la aplaudieron a rabiar cuando “intervenía” tanto. Hoy los supervivientes que trajinaban con ella su intervencionismo político, quieren venderse a la siguiente. Hay que terminar con estos chapuzas políticos.
No compartí casi nunca su manera de hacer política. Y lo dije donde debía. En un Congreso. Dando la cara. Con nombre y apellidos. Yo me negué a aceptar ciertas decisiones de ella. Me rebelé. Critiqué públicamente en mi sede de Pozuelo, cuando Esperanza era aplaudida, que Aguirre hubiera usado las siglas del PP para atacar al presidente nacional Mariano Rajoy. Y hoy, creo sinceramente que se equivoca no dejando su acta de concejal para que otro concejal de mi partido sea quien dirija la política municipal en el Ayuntamiento de Madrid.
Pero, a pesar de todo, no quiero hacer leña del árbol caído.
Esperanza Aguirre ante todo y sobre todo ha sido una gran política española. Ha abierto el camino a muchas mujeres. Ha sabido hablar claramente, lanzar el mensaje que nuestros afiliados necesitaban. Ha sabido callar a los radicales, se ha enfrentado a todos sin sonrojo. No le ha importado hacer de alguna forma el ridículo en algunas ocasiones. Esperanza ha creado una escuela, sin duda. Todo su saber y experiencia generará un partido mejor en este ya inminente futuro de mi partido en Madrid. Por todo ello, quiero agradecer su labor. Y sería injusto no hacer referencia a aquello que un día me hizo apoyarla.
El domingo dejó la presidencia del PP de Madrid. Desconozco si fue una decisión obligada o no. De lo que si estoy segura es de que esa decisión, tardía u oportuna, era absolutamente necesaria. Por muchos motivos yo la apoyé hace años, y por mucho más, dejé de hacerlo. Tanto por unos como por otros hoy hablo de Esperanza Aguirre y hoy reclamo aire nuevo en el PP de Madrid.
Gracias.
Yolanda Estrada