¿Habrá reflexionado el Gobierno de Pozuelo, en estas vacaciones, sobre su antigua manera de hacer política o seguirá en el Siglo XX segándole la yerba bajo los pies al PP?
Año nuevo, vida nueva. Es lo que se dice en días como hoy, cuando de verdad han terminado los días de asueto de las fiestas navideñas y se ha cambiado de año. Y esa es la esperanza que tengo respecto a la gestión política del Gobierno de Pozuelo.
Creo que estos días de vacaciones han debido servirle para reflexionar sobre su manera de actuar y para hacer propósito de la enmienda. No es mucho el esfuerzo que tiene que hacer. Basta con que sus miembros pongan algo de interés y trabajo.
Yo sé que es muy difícil cambiar cuando se lleva tanto tiempo de concejal. ‘Moro viejo no aprende lenguas’, se decía antiguamente. Yo sé que no resulta fácil hacer política cuando toda la vida política se ha hecho gestión. Yo sé que Pozuelo de Alarcón es un municipio ideal para sestear. Aquí nunca pasa nada. Yo sé muchas cosas. Incluso, sé que la alcaldesa Quislant tiene miedo a gobernar porque no lo ha hecho nunca (y estas cosas también se aprenden) y porque ella está más pendiente de su futuro que de otra cosa. Pero también sé que, entre todos, deberían hacer un esfuerzo y tratar de poner algo más que la gestión pura de su parcelita.
Pozuelo necesita impulso político. Su Gobierno está agotado y solo van 200 días de Gobierno. Y eso no puede mantenerse así en un momento social y político tan difícil. Para España y para el PP.
Y prueba de lo que digo fue el desarrollo del último Pleno, el de diciembre. Un pleno en el que el Gobierno quedó a tres centímetros de la ridiculez. O mejor, de la tomadura de pelo a los vecinos. Las mociones que presentó eran de aliño y su actitud en el propio Pleno fue disparatada. Recuerdo un NO, solo un NO, absurdo, soberbio y despectivo de Paloma Tejero a una pregunta de la oposición. Jamás se produjo en toda la historia democrática del Pleno una palabra más altiva y prepotente.
Recuerdo, y hablo de memoria, la presentación de una moción sobre una Feria Gastronómica que parecía que al concejal Calvo Sotelo se le acababa de ocurrir en el ascensor mientras bajaba al salón de Plenos. Llevó al Pleno una moción sobre una Feria Gastronómica sin necesidad alguna y, encima, le piden a la oposición que se la organice y le dé ideas para llevarla a cabo.
O la moción onanista sobre el CREAS. La poca vergüenza de la moción onanista sobre el CREAS porque no hay otra manera de definirla. Se ponen una medalla sobre un premio que el Gobierno no presentó (lo hizo Contrucción21), que no promocionó (tenían que votar los vecinos y el Gobierno escondió la noticia) y ni siquiera fue la alcaldesa a Paris a recibir el premio. Supongo que le daba miedo ir y que no le concedieran el premio.
Pero hay más. El premio se lo concedieron al CREAS en viernes y, salvo tres tuits, el Gobierno no habló de él hasta el martes. Pero, luego, van al Pleno y se ponen la medalla onanista del tema. Eso sí, dos semanas después.
O la pregunta onanista también que se hizo el Gobierno sobre la renovación del convenio con la Fundación del Real Madrid. Renovación. Y todo para que Carlos Ulecia nos explicase lo importante que es que los niños vayan a ver la Ciudad Deportiva de Valdebebas.
Podría seguir poniendo ejemplos del desastre que fue aquel Pleno pero no merece la pena. Solo trato de poner un espejo en el que reflejar lo que pasó en él para ver si el Gobierno reacciona. Para ver si se ve así mismo y se rebela. Pozuelo lo necesita.
Pero me temo que lo suyo es una especie de anorexia política incurable en la que, por mucho que se mire en el espejo, siempre se ve que trabajan mucho. Sus miembros se mienten así mismo. Se hacen trampas en el solitario y así pasa la vida.
No voy a entrar esta vez en las repuestas escritas a preguntas de la oposición. Ya he denunciado muchas veces la tomadura de pelo que significan. Esta vez no me merece la pena. Además, ha pasado mucho tiempo.
Solo traeré una respuesta escrita de Diego de Aristegui, concejal de RRHH, Régimen Interior, Modernización y Calidad. Y la traigo porque me ha extrañado. No parece escrita por él.
Es ésta:
No quiero hacer sangre. Pero esta respuesta es exactamente el ejemplo claro de lo que es el Gobierno de Pozuelo en la actiualidad.
Sabes que no es así, Diego. Como lo saben la mayoría de los miembros del Gobierno. Y nadie en la Comunidad de Madrid mantiene esa cerrazón sobre la transparencia.
La ley puede decir eso que dices. Pero así no es la cosa. Os habéis quedado en el Siglo XX.
Actitudes como esta, entre otras, es el gran problema del PP en la actualidad. La que le está segando la yerba bajo los pies.
El Capitán Possuelo