¿Qué es eso de la prevaricación?, un artículo de Tono Rueda
Hay un vecino de Pozuelo, Alfonso, que lleva varios años, más de los que yo fui Concejal, peleando por conseguir un cierto bienestar en su casa. Alfonso tiene al lado una discoteca que le da mala vida.
Ha intentado, sin éxito, que se obligue a los propietarios a tomar medidas para evitar el ruido y las vibraciones que produce y que no le dejan dormir, a él y a otros muchos vecinos, cada fin de semana.
Ha intentado, sin éxito, que se cambie la ordenanza para eliminar ese tipo de actividades en los bajos de las viviendas.
Han intentado, sin éxito, que se declare la zona como de especial protección de ruido, debido a que es residencial.
Pero no ha conseguido nada. No sabe cómo hay que hacerlo…
Querido Alfonso: Eso se arregla con un cocido donde los Poetas.
Y es que me cuentan que con esa práctica, siendo muy selectivo con los compañeros de mesa, se puede conseguir lo que parece imposible.
Dicen que se puede conseguir que se atosigue a los técnicos para que firmen un informe que a ellos no les parece justo. Eso se llama prevaricación. Yo no soy letrado, pero tengo un diccionario, y en él define prevaricación como: “Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.”
Como también sé leer, aunque no sea letrado, sé que es un delito tipificado en el Art. 404 de nuestro código penal, y que está castigado con entre 9 y 15 años de inhabilitación especial.
Es un delito grave la prevaricación, y tengo que felicitar a quienes se niegan a caer en ella a pesar de recibir presiones impensables para ello.
Pero ¿saben que ocurre cuando los funcionarios de carrera, de los que es muy difícil prescindir, se niegan a firmar los informes?, pues que se busca a alguien débil, por ejemplo alguien que ha sido nombrado por libre designación “Libre designación: Libre destitución” que dicen los entendidos. Como quien le nombró tiene la capacidad de destituirle no hay más remedio que obedecer, aunque a veces los de libre destitución salen ranas, y dan más importancia a su conciencia o a la justicia que a su bienestar personal, a esos también hay que felicitarlos, he conocido algún caso cercano.
Suelen acabar cesados, a veces fulminantemente, y sustituidos por alguien más obediente, pero conservan la conciencia tranquila…
A veces también se aprovecha la ausencia por vacaciones o enfermedad del funcionario que se niega a prevaricar, se le pone un sustituto obediente y ya está, se firma por sustitución o por delegación y fuera, el que firma no tendrá la conciencia tranquila, o no tendrá conciencia, pero obtendrá alguna prebenda o, si es de libre designación, seguirá designado.
Pero incluso en estos casos, en ocasiones, hace falta un segundo elemento que estampe su firma en el documento en cuestión, y entonces hay que hacer encaje de bolillos para el negocio. Ahí aparece el eslabón más débil de la cadena, el interino, el interino es un empleado público que no tiene su puesto fijo, que ha llegado a la administración a veces por una lista de espera de unas oposiciones, a veces con una entrevista, pero que no tiene esa garantía de la que gozamos los funcionarios de carrera, de que nuestro puesto está asegurado mientras cumplamos nuestras obligaciones y las leyes. Su puesto puede ser amortizado o cubierto mediante oposición por otra persona, o puede que vuelva la persona que lo ocupa, entonces se queda fuera, y fuera hace mucho frío en estos tiempos.
Esta parte es la más miserable, cuando esto ocurre, cuando se utiliza a un interino, cuando se le presiona hasta tal punto que acaba yéndose hasta cuatro veces de baja por depresión, cualquier funcionario honrado debe sentir vergüenza de quien ejerce estas prácticas.
Humillar al débil es lo más bajo que puede hacer un ser humano, pero hay quien no tiene reparos en hacerlo. Suele ser el mejor elemento para ser nombrado por libre designación, obediente, sin conciencia, un francotirador en potencia. Como dicen los que saben: “Alguien que sabe lo que se espera de él y lo hace”. Triste pero cierto.
Pues bien, cuentan que, con estas prácticas, se puede conseguir casi cualquier cosa, incluso la revocación de una licencia otorgada con toda legalidad, incluso la paralización de unas obras de las que dependen los sueldos de varias familias, lo que haga falta…
Alfonso, hazme caso, unos cocidos en donde los poetas, hasta puede que te inviten al pregón de las fiestas.
Y entretanto la oposición a por uvas, dando cobertura legal a quien no la necesita…
Me estremecería pensar que estas cosas ocurriesen en Pozuelo.
Estoy estremecido.
Así va el país.
José Antonio Rueda, ex concejal de UPyD en Pozuelo de Alarcón
Buen y esclarecedor artículo.
Pero ¿puede haber un caso así en el ayuntamiento de Pozuelo?
Gracias
Soy ese ciudadano que recuerda en su artículo Tono, al que agradezco en nombre de todos los sufridos vecinos su siempre atenta intervención y denuncia. Es bien cierto que en Pozuelo hay zonas y…zonas y más allá del cocido que nos recuerda, Tono, y que sólo funciona si lo sigues pagando y, por lo tanto te conviertes como ellos, le recuerdo a la alcaldesa actual de Pozuelo, por marcha de la anterior, una frase del Sr. King, Martin Luther : ” Siempre es el momento apropiado para hacer lo correcto “.
Muchas gracias por su participación y consideración. Saludos
Soy otro de los afectados por esa discoteca. Alfonso me conoce. Mi mujer y yo lo hemos denunciado por escrito cientos de veces, hasta que hemos comprendido que donde gobierna el PP, no se puede hacer nada. Hasta una vez nos llamó la actual alcaldesa cuando era concejal de Urbanismo, por supuesto, para engañarnos. Así que ya sabemos de qué van. Ellos a llenarse los bolsillos, y los ciudadanos normales como nosotros, pues si nos toca un problema de estos, pues a jodernos. Si algo podemos hacer para tener más fuerza y acabar con esta maldita discoteca, por favor, díganmelo.
Muchas gracias por su participación y denuncia. Saludos.