El PP de Pozuelo se reúne en el recinto ferial de las Fiestas del Carmen y se producen los primeros gestos políticos de la ‘guerra’ que se avecina
(21-07-15) Lo he dicho muchas veces. En política, no hay nada mejor que observar los gestos que realizan los políticos para sacar conclusiones. Y sin ánimo de vanagloriarme, debo decir que, con los años, suelo equivocarme poco cuando los contemplo.
Empiezo haciendo está indicación porque el domingo se produjeron una serie de esos gestos, todos muy significativos, de los que se pueden sacar muchas conclusiones y estoy seguro de equivocarme muy poco.
El Gobierno de Pozuelo no permite que los partidos de la oposición se muestren en las Fiestas. Dicen que para no politizarlas y para dar más posibilidades al comercio pozuelero de ocupar espacio en ellas. Falso de toda falsedad.
La realidad es que los partidos de la oposición trampean lo que pueden para estar presentes y a los comerciantes de Pozuelo no les interesa nada lo cutre. La feria es para los feriantes, esa profesión amortizada hace tiempo pero que se niega a morir.
Y digo falso de toda falsedad porque esta prohibición para los partidos de la oposición no tiene valor para el PP, que se mueve a sus anchas por el recinto ferial y aledaños politizándolo todo con esa estrategia presencial de la alcaldesa tan poco edificante.
El caso es que el domingo, con la tarde vencida y tras el escandaloso fracaso de la carrera de triciclos (15 días de empleo y sueldo habría que meterle a quien se le ocurrió la chorrada), andaba la alcaldesa Quislant y su cohorte de concejales haciendo tiempo por el recinto ferial a la espera del concierto de la Lira. La alcaldesa Quislant siempre se mueve en público con cohorte de concejales. No sé si lo exige ella para sentirse arropada o los concejales van con ella para hacerle la rosca. Las dos cosas son posibles. Ella está perdida en la calle y ellos saben que hacer la rosca a políticas inseguras siempre tiene réditos.
Pero lo cierto es que andaban por allí cuando apareció la ex alcaldesa Adrados acompañada de su marido. Sólo de su marido. La presidenta de la Asamblea de Madrid se dignaba bajar a la arena a contemplar sus poderes. A fin de cuentas, Adrados sigue siendo presidenta del PP de Pozuelo.
¿Era una reunión pactada? Me dicen que sí. Que el PP no se reúne en su sede por temor a que empiecen a saltar chispas en sus reuniones y el domingo era una oportunidad única para hacerlo en público, que es mucho más sosegado.
Yo creo que no. Aparte de no creerme lo de la sede aunque haya peperos que se la tengan jurada a Adrados, pienso que el encuentro fue casual. Era el final de las fiestas y Pozuelo no es Nueva York. Es fácil encontrarse sin buscarlo. Y creo que fue casualidad por el comportamiento de la cohorte de Quislant, de la propia Quislant y de Adrados. Fue muy divertido observarlo.
Por un lado, los concejales de Quislant demostrando que ya no son de Adrados. Lógico. El sueldo y el futuro es de la actual alcaldesa y trataban de evitar el contacto y la conversación con Adrados. También por vergüenza. Por otro, la propia Quislant que no sabía dónde meterse para no hablar con Adrados más allá de las palabras de cortesía. Susana ya es enemiga política de Paloma. Y Paloma, al final, sintiendo que aquella ya no era su guerra.
Al final, la alcaldesa Quislant se fue al concierto de la Lira. Bendito concierto salvador. La cohorte le siguió y/o se dispersó. Y Adrados se quedó junto a su marido en medio de la nada, porque el recinto ferial apenas tenía ya vida. Ella que lo había sido todo en Pozuelo y que sus concejales le habían prometido fidelidad eterna, ahora pasaban de ella. Y de fea manera.
La cara de la señora presidenta de la Asamblea de Madrid era un poema. Ya no era la olvidable, era la olvidada. Había puesto a Susana Pérez Quislant a cargo de su ‘cortijo’, rodeada de su gente para que le guardaran el sitio y ahora Susana se creía la reina del mambo y su gente la evitaba. Como Camps le hizo Zaplana. Como Rajoy le hizo a Aznar. Escuela PP. Política veleta.
El problema es que Adrados quiere seguir mandando en Pozuelo. Quiere seguir siendo la presidenta del PP aunque lo niegue. Negó tantas cosas en su día que nadie la cree…
¿Qué hará ahora Paloma Adrados con Susana Pérez Quislant? ¿Le intentará mover la silla? ¿Le segará la yerba bajo los pies?
Pero Susana necesita esa presidencia del PP de Pozuelo para consolidarse en la ciudad. Necesita ‘matar’ la figura de su protectora. ¿Cuáles serán sus bazas? ¿Cómo conseguirá que el PP de Pozuelo la admita? ¿Hasta dónde usará los concejales de su cohorte?
No lo sé, aunque me encantará saberlo.
Lo que no sé si saben, creo que sí, es que detrás de ambas, al fondo, hay una guerra mucho más importante: el dominio del PP de Madrid, batalla en la que Pozuelo es pieza fundamental.
Los gestos de la reunión pública de los dirigentes del PP de Pozuelo tuvo todos los ingredientes de una feria de verdad. Y hay quien asegura que fue la primera toma de temperatura de lo que será una cruenta lucha política.
El Capitán Possuelo
Si alguien piensa que Adrados va a algún sitio sin avisar….. es que no la conoce…..
Muchas gracias por participación. Saludos
Si alguien piensa que Adrados va a algún sitio sin avisar….. es que no la conoce…..
Muchas gracias por participación. Saludos
Si alguien piensa que Adrados va a algún sitio sin avisar….. es que no la conoce…..
Muchas gracias por participación. Saludos