El Gobierno de Pozuelo hace tiempo que perdió la iniciativa política y no será fácil que la encuentre. Es casi imposible.
(28-11-14) Dicen mis amigos del PP que soy muy duro con el Gobierno de Pozuelo de Alarcón. Que les meto mucha caña. Yo les contesto que de eso nada. Que me he vuelto blando. Que soy viejo. Es más, les digo que estoy a tres centímetros de ser un ‘blandiblú’. Porque cuando veo tanta laxitud y tanta política de perfil absurdo, cuando veo tanta complacencia o cuando veo la falta de iniciativa política, el cuerpo me pide sacar la guadaña para ir a por todos los concejales, como la parca, pero nada. Porque, después, cuando voy a dar el golpe mortal (siempre políticamente hablando) pienso “¡y a mí que más me da lo que haga la alcaldesa Adrados y su equipo de Gobierno!”
Allá ella. Y, si pierde las elecciones, que las pierda.
Luego, tras borrar, párrafos enteros de leña en su estado más puro, recapacito y me digo: ‘Capi, tus maestros de periodismo te enseñaron que la crítica, para ser crítica auténtica, debe ser constructiva. La crítica destructiva es sólo de los mediocres y de los resentidos’ y, como yo no quiero ser mediocre y, desde luego, no soy un resentido, vuelvo sobre el artículo que estaba escribiendo y termino suavizándolo y siendo constructivo. Lo dicho, un blando.
Este debate conmigo mismo lo volví a tener ayer, por eso, hoy, y dedicado a mis amigos del PP, he decido exponer aquí mi teoría sobre el Gobierno de Pozuelo. Aunque todo se resume en que, hace tiempo, perdió la iniciativa política a fuer de no querer equivocarse. O, tal vez, como consecuencia de no tener ideas con las que equivocarse.
El PP de Pozuelo o la propia alcaldesa, que es lo mismo, son de la vieja escuela política. De aquella forma de hacer política que emplea el propio Presidente Rajoy. Política de no hacer nada. Sólo gestión. Todo lo demás vendrá por añadidura.
Y esa política, señora Adrados, ya está caduca. Ayer mismo, el señor Rajoy tuvo que rectificar en el Congreso de los Diputados y tratar de recuperar la iniciativa política ante la corrupción porque su tancredismo está amenazando con llevárselo por delante. Y tuvo que asumir, incluso, medidas que, hace unos meses, había rechazado. Y lo hizo con rubor pero lo hizo. No tenía más remedio. Tenía que recuperar la iniciativa política.
La política, amigos del PP, no es gestión. Porque si fuese gestión estaríamos en manos de los gestores y, entonces, que Dios nos cogiese confesados.
La política es de los políticos y la política, en su propia definición, tiene una gran parte de riesgo. Y, en Pozuelo, la señora Adrados no se ha arriesgado a nada. A nada. Arregló las cuentas y se puso a sestear. A esperar que pasase la legislatura entre firmas solidarias que no causan problemas políticos a nadie. Y cedió, lógicamente, la iniciativa política.
El Pleno de ayer es un ejemplo claro. El Gobierno planteó tres mociones absurdas. Ilógicas. Sin sentido. Blandas. Apolíticas. Innecesarias. Y desastrosas a seis meses de unas elecciones municipales. Y lo peor es que las defendió sin argumentos. Entre otras cosas, porque no tenía argumentos. Después retiró una y, como era de sentido común, la convirtió en una declaración institucional. Menos mal.
En cambio, la oposición fue directamente a la yugular. El PSOE con la enseñanza. No importa que no tuviese sentido en Pozuelo, tenía sentido en la Comunidad de Madrid y a ellos les da lo mismo ocho que ochenta. UPyD, por su parte, llevó al Pleno un tema duro. Uno de esos temas que, en términos taurinos, apuntan a la femoral. La disolución de la Gerencia Municipal de Urbanismo.
(Tengo que preguntar a Doña Elvira si pueden asistir, al Pleno, personas que no son concejales. Por ejemplo, ¿podría haberse presentado en el Pleno el nuevo Gerente de Urbanismo para que contase qué piensa hacer en su nuevo cargo? A mí, en otro tiempo y en otro lugar, me llamaron para que informase en Comisión en un Parlamento)
¿Y qué pasó en el Pleno de ayer? Nada. El tiempo mató el debate y el resultado final fue que quedó en duda la necesidad de ese organismo creado por el propio Gobierno.
¿Por qué no presentó el Gobierno una moción para explicar el nombramiento del nuevo gerente y la importancia que tiene la gerencia en lugar de presentar la estupidez de la página web que le van a montar a las Asociaciones?
Móntensela y dejen en paz al Pleno. En el Pleno se hace política. Al final, ha quedado que el gerente se nombró de tapadillo. Como queriendo ocultar algo. En definitiva, un Gobierno sin iniciativa. Acobardado.
Y así todo. Y el problema, además, no es que haya perdido la iniciativa política, es que creo que ya no la va a encontrar. Entre otras cosas, porque dudo que sepa.
Ahora, nos enteramos por Servimedia, que el Gobierno va a llevar a cabo “cuantas acciones sean necesarias” por los “perjuicios” del ‘caso Gürtel’. Ahora. A la prensa pozuelera solo nos cuentan chorradas solidarias pero, si les llama una agencia, quieren aparentar lo que no son.
Sería, entiendo, para que no nos diéramos cuenta de su contradicción. Mientras el Gobierno rechazaba airadamente una pregunta o un ruego (me da igual) de Rueda en el Pleno sobre la investigación de malas prácticas en legislaturas anteriores, el Gobierno le contaba a un periodista de Servimedia que ejercerá “cuantas acciones sean necesarias si existieran perjuicios para el Consistorio” derivados del ‘caso Gürtel’ y el supuesto uso fraudulento de recursos municipales.
¿En qué quedamos?
Y que conste que, para mí, el caso Gürtel ya es pasado. Me tiene aburrido. No soporto que, después de no sé cuantos años, siga lastrando a una ciudad que no se merece tanto castigo.