El fracaso de la jornada de ‘longboard’ en Pozuelo como paradigma de la acción de su Gobierno
(29-09-14)La jornada de ‘longboard’, organizada por el Gobierno de Pozuelo de Alarcón, resultó ser un fracaso de participación y de público. Esa es la verdad. Y por ello hubo de suspenderse. No merecía la pena seguir, aunque es cierto que existía la posibilidad de lluvia.
La alcaldesa Paloma Adrados, acompañada de varios concejales, estaban entre los escasos espectadores que asistieron al espectáculo que se celebró entre las calles Canadá y América, frente al centro comercial Zielo. Esa es la verdad digan lo que digan los demás, como en aquel viejo tema de Raphael. Un malicioso espectador me dijo que había 25 patinadores y unos 37 espectadores sin descontar a los organizadores y familiares de los participantes.
Dicho esto y sin ánimo de cargar las tintas sobre el fracaso, invito a reflexionar sobre este hecho como paradigma de la acción del Gobierno del Ayuntamiento en Pozuelo, porque, desgraciadamente, así funciona en todo lo demás.
Este Gobierno funciona de oídas. A voleo. Porque sí. Porque suena bonito. En este pueblo no se analiza casi nada. Todo da igual. Lo mismo prepara una jornada de ‘longboard’ que unas fiestas patronales o un mercado ‘Madrid Sabe’. Hala. Que se hagan. Sin ningún tipo de análisis. Sin ningún tipo de marketing. Contando sólo con la escasa publicidad que se consigue dando la noticia en nota de prensa y que los medios pozueleros la publiquen. Después algunas vallas y a otra cosa, mariposa.
En definitiva, haciéndose trampas en el solitario. Insultando la inteligencia de los pozueleros. La fuerza de la mayoría absoluta lleva a estas cosas. Total, si no se van a enterar… ¡Qué más da!
Pero el problema no está en que la jornada de ‘longboard’ haya sido un fracaso y la hayan vendido como éxito. Ese no es el problema. El problema es haberla organizado sin valorar. Porque, si hubiesen valorado la acción, se habrían dado cuenta de que sería un fracaso.
Pozuelo no tiene pistas de patinaje. Ninguna. Y, lo que es peor, al Gobierno no le interesa tenerla ya que ni siquiera arregla la pista que hay junto al colegio Infanta Elena para que patinen los aficionados. Poco ambiente de ‘longboard’ puede haber en este pueblo.
Las calles elegidas para la jornada no reunían las condiciones adecuadas porque, para hacer ‘longboard’, se necesitan cuestas y esas calles no las tienen.
Por otra parte, esas calles están llenas de coches aparcados con lo que los espectadores difícilmente pueden ver las acrobacias. Y, por último y como ya he mencionado, no hubo campaña de publicidad apenas.
¿Qué esperaba el señor Diego de Aristegui y la señora Paloma Adrados que sucediese? Por cierto, señor De Aristegui, apúntese dos fracasos seguidos. Este y la muestra de los productos madrileños.
Pero todo esto es normal en Pozuelo de Alarcón. En este pueblo se gobierna parcheando. En todo. Hoy tapamos este bache, mañana montamos unas fiestas patronales cutres y pasado organizamos una jornada de ‘longboard’, que queda la mar de bien. Da igual.
Como el Gobierno no sabe lo que quiere hacer con Pozuelo va a golpe de ideas sueltas. Ideas, en la mayoría de los casos, de personas ajenas al pueblo que las proponen y a las que se dan por buenas porque, de paso, las organizan y son gratis aunque ellos se lleven la cosa de los patrocinadores y colaboradores. Lo de los partners, ea, dicho en el lenguaje oficial pozuelero.
Con seguridad, esta reflexión se volverá a descalificar en el propio Gobierno como se hace casi siempre. Y estarán en su derecho. A fin de cuentas, la mayoría de los medios señalan la acción como un éxito. Pero allá el Gobierno si se autoengaña. No habrá hecho otra cosa que pegarse otro tiro en un pie.
Al final, sus miembros van a llegar cojos a la carrera electoral.