¿Volverá Diego Lozano a Pozuelo de Alarcón?
(16-01-14) Andaba yo el otro día por la Puerta del Sol en plan guiri, cuando me encontré con un amigo y viejo periodista de información local que andaba por aquellos andurriales olisqueando noticias del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Ya se sacan pocas noticas con este método porque ahora todo va por email y, generalmente, lo que llega son notas de prensa muy estudiadas, pero los viejos periodistas siguen buscando las noticas por donde se producen.
El caso es que, como hacía tanto tiempo que no nos veíamos, pasamos a un bar y nos tomamos unos cafés mientras repasábamos nuestras vidas. De ahí, lo normal era pasar a hablar de política nacional, autonómica y municipal, y pasamos.
De la política nacional hablamos poco. Ya casi no nos interesa. De política autonómica, en cambio, hablamos mucho. Está apasionante. Al final, apenas nos dio tiempo de hablar algo de la política municipal.
Para él la política autonómica anda muy divertida por lo revuelta que está y no paró de contarme cosas de un Ignacio González, luchando a brazo partido por ser candidato a la Presidencia de la Comunidad, cuando lo tiene muy difícil porque Rajoy no lo quiere ver ni en pintura. Y, encima, como me dijo, se está equivocando al enfrentarse a los que mandan más que él; al dejarse ver tanto en los medios y al salir a pecho descubierto a defenderse de todas… Y lo que es peor, hacerlo con más pasión que talento.
La conversación sobre este tema fue magnífica y ya iré desgranando intríngulis de lo que se cuece entre la calle Génova y la Puerta del Sol. La conversación, créanme, me devolvió 15 años de vida.
Cuando le dije a mi viejo amigo que vivía en Pozuelo, cambiamos a la política municipal de este pueblo. Y debo decir que, aunque no la conoce a fondo, si me dio una serie de pinceladas muy concretas y divertidas que ya iré también desmigajando.
Pero, cuando ya nos íbamos, me preguntó:
– ¿Conoces a Diego Lozano?
– De vista y oído, le contesté yo. Ahora es el Jefe o Director del Gabinete de Ignacio González, ¿no?
Entonces mi amigo, mientras se ponía el chaquetón, me dijo:
– Apúntate ese nombre. Manda mucho y le gusta mucho más Pozuelo.
– Fue Teniente de Alcalde y hombre fuerte con Paloma Adrados, le dije yo inocentemente.
– Por eso.
Solo le pude contestar:
– Tomo nota.
Porque cuando le iba a preguntar por qué debería apuntar su nombre, le sonó el teléfono y dijo:
-Coño, mi jefe. Me voy. Nos vemos. Un abrazo.
Y salió huyendo.
Y a mí no me quedó más remedio que acercarme a pensar sobre el tema junto a la estatua del Oso y El Madroño, para terminar haciéndole una foto a unos japoneses.
¿Qué otra cosa podía hacer?