“El Consejo de jubilosos de Pozuelo”, reunido ante unas cervezas, vuelve a tratar de arreglar España, la Comunidad y esta villa con un debate sobre las candidaturas pozueleras
Hace unos días, aprovechando el buen tiempo que hace según quienes viven en ciudades, el grupo de amigos jubilados se reunió jubiloso para, como siempre, tratar de arreglar el mundo, Pozuelo incluido.
Como casi todos procedemos de pueblos pequeños, donde nuestros antepasados vivían de la agricultura y algunos parientes actuales siguen haciéndolo, nos lamentamos de la sequía que va a matar de hambre y de sed a nuestra gente: falta de pastos para el ganado, cereales que no espigan, huertos que no se siembran, árboles que no dan fruta, agua potable escasa en muchas localidades sobre todo en las de la España vaciada, etc.
Como el grupo es un arcoíris ideológico las opiniones son muy variadas. El listillo que dice saber algo de historia afirma que los meteorólogos suelen ignorar el pasado y nos hablan del cambio climático como una novedad. Si conocieran algo más la historia sabrían que las catástrofes producidas por la sequía o las inundaciones, el calor o el frío, el viento o la parálisis de las veletas, etc. han sido siempre un fenómeno que amargó la existencia a hombres y animales. Concluyó humorísticamente modificando ligeramente un aforismo italiano: “¡Non piove!, ¡porco governo!”.
Uno de nosotros culpó de gran parte de los males que se avecinan a los gobernantes (sobre todo a los de la coalición social-bolchevique que nos mal gobierna) por no poner en práctica todas las tecnologías de las que dispone el mundo desarrollado, que nos harían pasar menos dolor: nada de aprovechamiento del agua reciclada, ignorancia de los posibles trasvases, olvido de un invento español que permite convertir en agua líquida el vapor que hay en el aire, agua que acaso sea insuficiente para el riego pero que serviría para no morirnos de sed, …
Otro de los tertulianos, católico ferviente, dijo con toda seriedad que en situaciones similares nuestros abuelos hacían rogativas al Señor o a san Isidro pidiéndoles la lluvia. Llegaba poco después. Ahora, cada día hay menos creyentes, y gran parte de la población se limita a escuchar, e incluso creer los pronósticos que las buenas mozas hacen en televisión y que pocas veces se ajustan a la realidad.
Terminadas las risas producidas por la alusión a las mozas pasamos a analizar las candidaturas para las próximas elecciones regionales y municipales, sobre todo las de la comunidad de Madrid y la villa de Pozuelo de Alarcón. Todos nos quedamos sorprendidos del elevado número de candidatos que no son vecinos del territorio que quieren gobernar.
Uno de nosotros afirmó con rotundidad que la residencia forastera de esos candidatos no anulaba su inteligencia, ni su capacidad de gobierno y que con gran probabilidad muchos de ellos serán unos buenos servidores públicos.
Otro afirmó: Puede que estés en lo cierto en cuanto a la buena capacidad de los forasteros, pero en ese caso me gustaría que el presidente del gobierno español fuese Antonio Costa, que ahora lo es del portugués y que es bastante mejor que su equivalente español: el Pe.ro Sánchez, quien además de actuar como un bis-rey vanidoso, se esfuerza por ser la encarnación de Pinocho.
Un tercero añadió: Se dice que Pozuelo, además de ser la localidad con mayor renta per cápita de España, también es la que tiene mayor número de titulados superiores y de grado medio. Yo no digo que los candidatos forasteros sean inútiles, pero me pregunto: ¿es que ningún partido ha logrado encontrar vecinos aptos de aquí para completar su candidatura? O ¿es que los jefes de los partidos no buscan personas cualificadas sino vasallos sumisos y que aplaudan bien?
En las próximas elecciones municipales y regionales cada uno de los jubilados jubilosos votará a quien crea más capacitado, pero en lo referente a la comunidad de Madrid todos -menos el que siempre silva al aplauso- estuvimos de acuerdo en que Ayuso es la mejor.
Alguien propuso, y todos lo aceptamos, que hablásemos de las sugerencias que debíamos hacer al nuevo ayuntamiento de Pozuelo para que no fuese tan pasota con las sugerencias y decisiones erróneas de los técnicos como lo ha sido el que se va.
(Las expondremos más adelante en un artículito).
Como ya habíamos consumido una cantidad prudente de cerveza (de Madrid, por supuesto) dejamos la terraza y cada uno nos fuimos para nuestra casa lamentándonos de que en lugar de tener gobernantes que fuesen animales políticos (que viven en la ciudad), como decía Aristóteles, tuviésemos animales politiqueros; es decir: que viven de la ciudad y que han hecho de la política no un servicio, sino una profesión (el sufijo -ero significa vivir de: -zapatero, montero, tejero, etc, el que vive de los zapatos, del monte, de hacer tejas,…, profesiones de nuestros antepasados).
¡¡¡Que no nos confundamos a la hora de votar!!!
Mingo de Pozuelo