La Glorieta de la Plaza de la Constitución (en terrenos privados y “en pruebas”) sigue con muchos problemas, lo que indica que su reforma fue otro capricho de la alcaldesa
En medio de la interminable ola por la realización de glorietas en muchos de los cruces de las calles de Pozuelo, por parte del consistorio, ya han terminado, por fin, los trabajos que desde hace un año justo, se venían realizando en la Plaza de la Constitución.
Destaca sobre todo la gran cantidad de singularidades que concurren en esta glorieta que la hacen tan especial.
Antes de nada, hay que hacer la consideración de que fue construida hace muy pocos años y cómo se proyectó, que habiendo transcurrido tan poco tiempo ya hay que andar reformándola, a pesar de que las condiciones del tráfico vial apenas han cambiado en todo este tiempo.
Sin embargo, ahora las cosas no parece que vayan mejor, las dudas sobre el proyecto de reforma son más que evidentes, tal y como lo atestigua el cartel que ha estado instalado en cada una de las entradas a la misma, en el que se podía leer la inscripción: “ATENCIÓN, GLORIETA EN PRUEBAS”, manteniéndose durante gran parte de la ejecución de los trabajos.
Ante lo insólito de dicho cartel, todos se preguntan por qué una “glorieta en pruebas…
¿Es que no hay un proyecto previo para estos trabajos?
¿No hay un estudio técnico?
Esto sólo demuestra la más absoluta improvisación, a la espera de alguna ocurrencia proveniente de la inspiración del Espíritu Santo.
Esta ocurrencia ¿servirá para mejorar el tráfico en este punto o habrá que esperar a que suene la flauta?
¿Hasta cuándo vamos a seguir con las ocurrencias y las improvisaciones?
¿Cuál es el motivo y qué es lo que se pretende con todo esto?
Demasiadas preguntas para una glorieta y para los responsables de urbanismo.
En el proyecto previo a la ejecución de estos trabajos y en el estudio técnico se deberían contemplar todos los posibles movimientos e itinerarios tanto de los vehículos como de los viandantes, examinando todos los casos posibles y alternativas para que no quepa ninguna duda, ni ningún fleco por resolver. Pero esto, así como otras cuestiones y estudios previos quedan en entredicho.
Muchas explicaciones tienen que dar los que han llevado a cabo estos trabajos, los que los han supervisado, los que los han mandado hacer, y por supuesto los dirigentes políticos, como el concejal de Urbanismo, entre otros, y por supuesto la alcaldesa Susana Pérez, máxima autoridad y responsable de todo.
Otra característica que tiene es el trazado que no es completamente circular, tiene transiciones rectas, que se alternan con partes curvas, que son de distinto radio en algunas zonas y variable en otras, está descuadrangulada, obligando a efectuar considerables frenadas y acelerones alternativos, con constantes cambios de velocidad y de trazada, es toda una yincana.
Se han suprimido los trazados más directos, de alineación semirrecta, desviando el tráfico por otras alternativas ya existentes y que suponen dar un innecesario rodeo. ¡Y para esto se ha tardado tanto tiempo! ¡Y mejor no entrar en lo que ha costado a las arcas municipales: a todos los vecinos!
Ahora que se mira tanto la huella de carbono, el óxido de nitrógeno, la contaminación de los vehículos y el ahorro de combustible y energía que consumen estos, no se entiende que se hagan unos trabajos que van a dar como resultado un aumento considerable de todos estos valores a su paso por dicho punto.
Los peatones, que antes la atravesaban en línea recta, no salen mejor parados, ahora la tienen que rodear todo el perímetro por su parte más exterior, obligados a sumar casi doscientos metros más a su paseo habitual y teniendo que sortear numerosos y peligrosos cruces por los que hasta ahora no tenían necesidad de pasar.
Pero, por si fuera poco, lo más llamativo y que se ha tratado de ocultar en todo momento, mirando para otro lado, es que esta glorieta está ubicada dentro de unos terrenos privados, que el rodillo municipal ha “okupado” y se ha apropiado como si fueran suyos, sin que medie una compensación, una indemnización o una expropiación por ello a sus legítimos propietarios, que es lo que tenía que haber empezado haciendo el Ayuntamiento, antes de iniciar cualquier actuación y de convertirse en okupa, pero parece que los ignora.
Sin embargo, recientemente parece que en este sentido ha dado algún tímido paso para solucionarlo, aunque sea de cara a la galería, para acallar las críticas.
Este es un caso sorprendente y único que no se justifica ni siquiera por los tiempos tan convulsos que vivimos, como ya informamos en estas mismas páginas en el artículo titulado “El extraño caso de la extraña glorieta”.
Esto es lo primero que tenía que haber solucionado el consistorio representado por su máxima responsable: la alcaldesa Susana Pérez, antes de realizar cualquier proyecto y ejecutar cualquier trabajo. Ahora ha vuelto a tropezar otra vez en la misma piedra y lo que es más grave, sigue “disparando con pólvora ajena y sin saber dónde dispara”.
Se mire por donde se mire, cada uno de los aspectos de esta glorieta, hacen que estemos ante un caso de lo más extraño y singular, en el que el Ayuntamiento se ha puesto de perfil y no demuestra tener el más mínimo interés por resolver de una manera eficiente.
¿Habrá quedado definitivamente terminada, o dentro de pocos años será necesaria una nueva intervención para remodelarla, como suele ser habitual?
Hay que pedir muchas explicaciones a todos los responsables, desde abajo hasta los de más arriba, llegando incluso a la alcaldesa Susana Pérez, máxima autoridad responsable de todo, aunque haya delegado sus funciones. Y recíprocamente, desde ella hasta abajo.
Muchas más cosas se podrían decir acerca de esta glorieta, en la que hay que recordar que se encuentra un gran mástil con la bandera de ESPAÑA, y tanto ella como lo que esta representa, se merecen el máximo respeto, aunque este año no se haya podido celebrar el tradicional “Homenaje a la Bandera” por las citadas obras, teniendo que ser trasladado a otro punto del municipio.
Ángel Luis Díaz