El Fantasma de don Agustín está seguro de que la alcaldesa Susana Pérez Quislant, imitando al presidente Pedro Sánchez, terminará echándole la culpa de todas sus pifias y torpezas a Putin
Todavía no ha tenido ocasión de decirlo, pero todo se andará.
Es lo que tiene copiar a los de arriba. Si ese caballero que se hospeda en el Palacio de la Moncloa ha osado hacerlo, que impide que se pueda hacer en la Casa.
Dicen algunos, sin duda los más informados, que lejos de ser el perro el mejor amigo del hombre, el que mejor puede atribuirse esa cualidad es el “chivo expiatorio”. Y es que, cuando las cosas se empiezan a poner mal, la mejor defensa es derivar las propias responsabilidades hacia otro.
Ahora, por lo que parece, el causante de todos los males que acechan a la economía española es ese extraño personaje que vive en el lejano Palacio del Kremlin. Las zozobras de los agricultores, los ganaderos, los pescadores, los transportistas y los ciudadanos en general para llegar a fin de mes ya tienen un claro culpable.
Lo que decía hace días, uno está para las fotos, las declaraciones huecas y rimbombantes, para estar y ocupar el cargo, para las cosas agradables y placenteras. La gestión, las responsabilidades y los posibles fallos siempre son culpa de otro.
Y si eso es así en el gobierno de la nación, más pronto que tarde lo podemos ver aplicado en esta villa. Si a otros les parece funcionar, por qué no aplicarlo aquí también.
Cuando las obras iniciadas se ralenticen y parezca que nunca van a acabar, no será por la mala gestión municipal, sino que habrá que mirar a Putin.
Si el presupuesto, que nació viciado de origen, no se puede cumplir, la culpa no será de quienes lo elaboraron ni de quienes lo aprobaron. El problema es que han surgido circunstancias extraordinarias derivadas de la guerra en Ucrania, que han puesto todo patas arriba.
Si el patrimonio municipal ha ido mermando de forma lenta pero inexorable, no pidamos responsabilidades a quienes dirigen la política municipal, pidámoslas a quienes se encuentran allá por las orillas del rio Moscova.
Los defenestrados municipales que integran la ya conocida como “lista de Pérez”, no son consecuencia de la zigzagueante y errática política de la primear edil. En ningún caso, todos ellos no dejan de ser sino bajas que se han producido merced a la guerra cibernética. Son víctimas que se han producido por aquello de las falsas noticias promovidas por los agentes del nuevo zar.
Primero fue la pandemia, luego la borrasca Filomena, ahora Putin.
¡Ah y no olvidemos la calima!
Menos mal que el volcán de Cumbre Vieja nos pillaba lejos.
Y es que suele suceder que cuando no se tiene razón, siempre es fácil encontrar razones.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”