Todo lo que deberías saber (y no sabes) sobre el Colector de Aguas Pluviales: ¿Sabías que, cuando se repartió su coste, la UFV pagaba un 30% menos por el llamado Método Rockefeller?
En el último capítulo de esta serie hablábamos de la repercusión de los costes del Colector en proporción a los metros edificables y que beneficiaba a los sectores de uso residencial, particularmente a ARPO, que no en vano es el sector residencial con mayor aprovechamiento de todo el desarrollo urbanístico de Pozuelo, algo inasumible a todas luces…
Algo inasumible, insisto, pero que era lo normal en aquel momento ya que el presidente de la Mancomisión del Colector era al mismo tiempo presidente de ARPO.
Y terminábamos con dos preguntas:
¿Por qué tienen que pagar las (llamémosle) veleidades de un señor aquellos que apenas van a sacar rendimiento del uso del terreno?
¿Hay algún acuerdo oculto, clandestino y torticero detrás de aquel impropio reparto de costes?
Y estamos hablando de casi 80 millones de euros cuando el presupuesto del Ayuntamiento de Pozuelo es de 107 millones anuales aproximadamente…
Pero sigamos y recordemos que la versión inicial del Plan Especial parecía diseñada expresamente para detraer injustamente fondos de los sectores minoritarios en favor de los más poderosos.
Piensen los lectores que una desviación de décimas porcentuales sobre el total de las cargas en una obra que superará con creces los 70 millones representa cientos de miles de euros. Dinero que fluye desde los minoritarios hacia los mayoritarios.
Era evidente que el criterio de reparto se había establecido para perjudicar ilegalmente a una minoría de sectores, pero no a todos, no. No a todos.
El Plan decía textualmente:
“Se aplica idéntica minoración (30%) para el sector APR 2.3-01 (Universidad Francisco de Vitoria) al asignarle la ficha como uso característico el dotacional privado universitario, lo que supone una depreciación frente al dotacional privado del resto de ámbitos”.
Es decir, se aplicaba una ponderación singular, diseñada particularmente para favorecer a la Universidad Francisco de Vitoria.
Una ponderación tan obscena como carente de justificación ya que, si no se ponderaba el uso dotacional frente al residencial con mucho menos motivo había para ponderar el uso dotacional de la Francisco de Vitoria con respecto a otros usos dotacionales o frente al industrial (que, para más inri, tiene un valor inferior al dotacional).
Pero a nadie le sorprendió la actitud de quienes articularon tamaña tropelía. Usaron el Método Rockefeller.
¿Saben ustedes que es el llamado Método Rockefeller?
Lo que ha pasado en Pozuelo.
Según ese llamado Método Rockefeller, los empresarios inmobiliarios pueden perfectamente realizar grandes manifestaciones en favor de la responsabilidad social corporativa, promover actuaciones sostenibles, diseñar edificaciones verdes, adherirse a la Agenda 2030, patrocinar galas benéficas y todo tipo de actos de blanqueamiento social, mientras esquilman ilegal y despiadadamente a los más débiles.
El Método Rockefeller es un engañabobos pero funciona a nivel político y social.
En cualquier caso, lo que resulta especialmente indignante, por no decir repugnante, es que el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón se preste a cooperar con los más poderosos, tiburones inmobiliarios o grandes empresas, a costa de la integridad económica de otros vecinos más modestos.
El deber de un Ayuntamiento es velar por el cumplimiento de la legalidad y proteger a su pueblo de estos desmanes.
Pero, en este caso, no parece.
Los vecinos de Pozuelo de Alarcón tienen derecho a preguntarse qué sentido tiene pagar un sueldo a gerentes de urbanismo, arquitectos municipales, directores de planeamiento, interventores, secretarios, asesores y demás fauna municipal si entre todos no son capaces de distinguir conceptos como edificabilidad y aprovechamiento…
De la oposición ni hablamos. Sencillamente, no existe en Pozuelo.
Al final, algo debió ocurrir tras la aprobación inicial… Algo grave para que el documento aprobado definitivamente distribuyera las cargas, finalmente, en función del aprovechamiento, como no podía ser de otra manera.
¿Qué pasó en aquella aprobación inicial? ¿Quién presionó a quién o a favor de quién para que se rectificase?
Es otro escándalo que ya iremos contando… Porque la buena voluntad no existe en estos asuntos que mueven tanta pasta…
Continuaremos…
Javier G. Regalito