El SEAPA acaba de cumplir 19 años de servicio en Pozuelo y es hora de orear su plantilla para sacar de ella a los malos profesionales que solo viven y cobran para denigrarlo. Que ya les vale
Al principio de su andadura, El Correo de Pozuelo sufrió la intoxicación informativa de un grupito de miembros del SEAPA y publicó un par de noticias malintencionadas contra el propio servicio y su coordinador. Considerábamos al SEAPA como un servicio esencial de Pozuelo que necesitaba vigilancia sobre posibles desviaciones y, como siempre, denunciábamos sus puntos débiles.
Pero un día descubrimos que ese grupito intoxicador estaba formado por miembros envidiosos, malos profesionales y, como suele ocurrir también, por alguno que no tenía siquiera la titulación exigida para ese servicio.
Desde ese momento, no hemos vuelto a caer es esa perversa y mala intencionalidad. Incluso, creo recordar que pedimos perdón. No podíamos echar mierda en un servicio fundamental y, a causa de esta tropa, lo habíamos hecho.
La semana pasada, ese mismo grupito de renegados profesionales volvió a enviarnos información maliciosa. Y lo hizo por dos veces para que publicásemos su mezquina información. Nos negamos a las dos. Creo que la han publicado en otros medios. Allá cada cual con su responsabilidad.
Dicho esto, me gustaría desde aquí reivindicar el SEAPA, ese Servicio de Emergencias de Pozuelo de Alarcón que tantas vidas ha salvado y tantas acciones sanitarias y humanitarias ha llevado a cabo pese a “algunos”. Y lo quiero hacer porque hace unos días cumplió 19 años.
Y es que el 8 de julio del 2002, comenzó el Servicio de Emergencias de Pozuelo de Alarcón a prestar su encomiable labor. Fue una apuesta realizada por el alcalde de Pozuelo José Martin-Crespo, cuya memoria guarde Dios muchos años, aunque las malas lenguas digan que lo montó para dejar colocado a uno de sus hijos sin oficio ni beneficio (algunas veces, este hijo debería recordar cuáles son sus apellidos porque, si lo hiciese, su comportamiento sería ejemplar y no lo es), pero lo importante, en cualquier caso, es que aquel inolvidable alcalde creó el SEAPA.
Un SEAPA que (durante estos 19 años) ha prestado servicio atendiendo a los ciudadanos de Pozuelo de Alarcón. Pero no todo queda en la prestación de ese servicio sanitario, que, insisto, ha sido mucho, este servicio también ha sido un referente durante años en formación, en procedimientos asistenciales, en organización y participación de jornadas sanitarias así como en tener los mejores medios y materiales, prestigiando el servicio de SEAPA a nivel nacional y por ende al Municipio de Pozuelo de Alarcón.
Existe en Twitter un hilo sobre SEAPA, realizado por @DiarioTES, y que El Correo de Pozuelo ya publicó, el cual de una forma muy grafica explica como es el servicio y su evolución.
Todos esto conlleva a la mejora continua de la asistencia sanitaria que termina revirtiendo en los pacientes que atiende el servicio y que es el objetivo prioritario.
También hay que destacar que se han desarrollado proyectos de formación a los ciudadanos en resucitación cardiopulmonar.
Pero en este servicio no todo han sido luces. También han pasado por sombras con denuncias infundadas por acoso del coordinador a los trabajadores, convenios maleados que solo favorecen la desidia de los trabajadores, recorte de la formación por parte de algún político y una dependencia jerárquica del jefe de la Policía Municipal que no tiene ningún sentido ya que una cosa es una cosa y la otra cosa es un paraguas.
Es cierto que el Ayuntamiento de Pozuelo casi siempre ha apostado por el servicio de SEAPA pero creo que ha llegado el momento de empezar a pensar en orear a algunos trabajadores del mismo que están sistemáticamente (por razones espurias) en contra del servicio e incluso lo boicotean con sus planteamientos negativos.
Y todo porque desde que, en el año 2012, cambio la ley sobre las titulaciones sanitarias y algunos de esos trabajadores se vieron relegados a funciones de conductores por no querer adquirir la formación necesaria, rechazando, incluso, las ayudas que le ofreció el propio Ayuntamiento para que la obtuvieran.
Y hablo de esa medida traumática del “oreo” ante la perversa actuación sindical y la pasividad del departamento de RRHH del Ayuntamiento de Pozuelo que, en lugar de exigir que se cumplan las normas de trabajo y vele por el buen hacer de los servicios municipales y sus trabajadores, prefiere aliarse con los sindicatos para evitar que les hagan ruido y molesten a los políticos, creando servicios ingobernables.
No digo que a esta gente se les ponga de patitas en la calle por desleales (aunque entraría en debate con cualquiera sobre lo que significa la corrupción administrativa y su aplicación en el Ayuntamiento de Pozuelo) sino que se les traslade a otros servicios del Ayuntamiento con menos responsabilidad vital. Porque, señores, siempre que hablamos de responsabilidad del SEAPA, hablamos de hechos relacionados con la propia vida. Y eso no permite veleidades mezquinas.
Y es que estos brillantes 19 años de servicio de SEAPA se pueden contar como un gran éxito pero debido a la dejadez de la administración y a la pasividad de algunos empleados públicos corre el peligro de perder su capacidad asistencial, algo que afecta directamente a la asistencia al ciudadano como servicio público.
He dicho.
Juan Manuel Sánchez