El Fantasma de don Agustín comenta la felicidad que se observa en los concejales del Gobierno y pone en duda que haya tambores de guerra: Fuera de la política “llueve mucho”
¡Pues sí!, aunque ustedes no lo crean estamos en carnaval. Un carnaval sin celebraciones porque estamos todavía, y ya no acierto a decir hasta cuando, en pandemia.
Y tal vez por eso, porque tras las carnestolendas viene la cuaresma y el consabido potaje de vigilia, en esta villa estamos otra vez con aquello del “Pozuelo de cuchara”. O no, vayan ustedes a saber, porque yo ya he renunciado a buscar razones más o menos lógicas a cuanto sucede dentro de los muros de “la Casa”.
Los abultados sueldos de nuestros ediles del equipo de gobierno no deben ser un motivo bastante y suficiente, como para que sus mentes sean capaces de poner en marcha campañas de mayor enjundia.
Pero miedo me da el pensar que estas líneas sirvan para espolear sus neuronas. Más que nada, porque las próximas ocurrencias pueden ser el “Pozuelo de tenedor” o, quizás, el “Pozuelo de postre”. Todo puede ser posible, no vayan ustedes a dudar de sus capacidades.
Claro que siempre nos quedará la esperanza de contar con las extraordinarias y originales aportaciones del portavoz de Vox. Mente preclara donde la haya. Y si le hacen caso, el lema podría ser “Pozuelo de tortilla”, algo, claro está, con un tinte muy español, como no podría ser de otra forma, dado su encuadramiento ideológico.
Aquí la política, según se ve, se hace, mayormente, entre pucheros.
Estamos ya cerca de la mitad del actual mandato y, por unas u otras razones, siguen sin ponerse en marcha actuaciones políticas innovadoras y de calado.
El equipo de gobierno se ha limitado, en estos dos años, a seguir haciendo más de lo mismo, la oposición se ha contentado con ser una oposición de atrezo y mientras, los vecinos esperando y desesperándose con lo que contemplan.
Todos, gobierno y oposición, satisfechos con la situación, porque lo único que les ocupa y les preocupa es seguir en los puestos.
Por esa razón, no termino de creerme que estén sonando tambores de guerra dentro del equipo de gobierno. Bueno, puede que suenen, porque motivos hay para ello, pero la sangre no terminará por llegar al río.
Habrá enfados, malestar, comentarios, mal rollo. Pero luego no habrá nada. Nadie querrá dar un paso.
Fuera de la política llueve mucho y la mayoría no tienen sitio para guarecerse.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”