La Policía Municipal de Pozuelo ha tenido una curiosa evolución profesional: Del vocacional espíritu en defensa del ciudadano ha pasado al mundanal oficio como medio de vida. Punto

No acierta uno a atinar en qué momento el trabajo que nos garantiza que la llamada a la puerta es del “lechero”, más allá de la hora en que ocurra, se transformó de vocación y servicio a oficio para vivir y muy bien, por otra parte, para algunos.
Seguramente, en ese mismo momento, fue cuando al interno de los edificios, otrora de alivio y seguridad para el contribuyente, emergieron los que en aprovechamiento del sistema y de muchas de las personas que el mismo genera, más próximos a la vida política que a la dedicación ciudadana, amparándose en la oportunidad encontrada y en los vericuetos legales dar el salto del servir y proteger al disfrutar y vivir.
Con especial querencia lo vemos en esas cartas y mensajes anónimos -de algunos de sus muchos y buenos profesionales – que llegan a nuestro diario y que destacan que no es nuestra policía local la que está al servicio – en general – de los que vivimos y les pagamos en Pozuelo, sino en defender, primero, lo suyo y aprovechando el “laissez faire” de los mandatarios de nuestra “Casa Rosada”, solo quieren paz a cualquier precio, disfrutar de comodidades laborales, propias de otros tiempos, con unos emolumentos que pasan por ser los mejores de la Comunidad de Madrid.
Así, turnos livianos, vacaciones generosas y siempre en la bocamanga la presión hacia el ciudadano de a pie -aquellas sanciones de aparcamiento nocturnas, aunque Caná, siempre protegida…- que es al único que teme un poco Susana por si levanta la voz y llega el susurro a Génova (la calle madrileña sede de Teodoro y equipo, antes PP) consiguiendo abrirles los ojos y recordándoles lo que nos han dejado en Pozuelo de Alarcón.
Y, si al menos los datos que el Ministerio del Interior traslada redujeran los delitos acontecidos en nuestra Villa, no sería satisfactoria la labor desarrollada, pero al menos, se podría argumentar que, alejada la vocación policial, el interés profesional es capaz de mantenernos seguros.
Imagino que algún foco y micrófono mal direccionado se desvió e hizo llegar la mala nueva de la fortaleza de los funcionarios que debían servir en vez de servirse a plantas altas de la sede azul y con inmediatez defensiva y protectora, se dejó caer a nuestra Intendente, más conocida por no haber estado que por lo que pudo haber hecho y no acometió.
Por supuesto los integrantes del buen vivir, al interno del cuerpo, continuarán y se encontrarán con la nueva solución que el PP defina y decida para Pozuelo y, como nadie querrá meter mano y poner orden, seguramente el que llegue, agradecido al nombramiento, mantendrá el status quo y… vengan días y traigan nóminas!
No es fácil ser justo y ecuánime, pero se convierte en imposible cuando el referente se transforma en interés y cuando hablamos de seguridad ciudadana, los sufridos contribuyentes solo demandamos raciocinio, proximidad y aplicación de las leyes que nos sirven a todos y nos hacen iguales.
Fuera de eso solo existe el “caos” y aquí, en nuestro Pozuelo diario, muy particularmente en la Casa Rosada, estamos sobrados del mismo.
Alejandre