El Fantasma de don Agustín analiza la inutilidad del Pleno del Ayto de Pozuelo a raíz de una queja absurda del PSOE: ¿Cuándo aprenderán que el poder está en la JGL?
¡No sé bien cuál es la queja de los miembros del Grupo Municipal Socialista!
Protestan porque los populares no presentan mociones. Les acusan de no haber presentado, en el último Pleno, ninguna de las tres a las que tienen derecho. Y que eso constituye, dicen, una muestra de desidia y de falta de interés por la gestión municipal.
Es completamente cierto que no las han presentado, pero ¿para qué van a hacerlo? Para ese penoso trabajo ya cuentan con los de Vox. ¡Qué trabajen ellos!, pensarán. A fin de cuentas, se les ocurren las mismas cosas que a nosotros, nos hacen el trabajo sucio y nos basta con votarles a favor. Así salen a delante los asuntos que nos interesan y el desgaste se lo llevan ellos. ¡Miel sobre hojuelas!
Nosotros, seguirán pensando, ya disponemos a nuestro antojo de la Junta de Gobierno. Ahí es donde, de verdad, se hace y deshace, lo demás no cuenta, o cuenta poco. Porque lo de las sesiones plenarias no deja de ser una rémora procedimental, que no queda más remedio que llevar a cabo, por aquello de tener que cumplir con la ley, pero nada más. Es verdad que es el único momento en el que es posible visualizar que existe una oposición y que nos pueden intentar sacar los colores, pero, pobrecillos, alguna migaja hay que darles para tenerles entretenidos. A fin de cuentas, del pleno y de lo que allí sucede no se entera casi nadie.
Y mientras, los del Grupo Municipal Socialista presentan, pleno tras pleno, como mociones aquellas ideas que recogían en su programa electoral. Ideas para, según ellos, cambiar el actual Pozuelo. Mociones que saben, mientras las preparan, cuando las presentan y en el momento de defenderlas, están condenadas al fracaso.
Da igual cual sea su contenido, da igual que planteen soluciones imaginativas a los problemas del municipio. No importa que incidan sobre cuestiones pendientes de resolver, ni siquiera que sean cosas evidentes y necesarias. Al final, son cosas de la izquierda, y ¡a la izquierda ni agua!, aunque a veces puedan tener razón.
Ya ven, al final la política se acaba imponiendo. Y es algo que no acabo de entender, porque en los municipios hay muchos asuntos cuya solución depende más del sentido común que de la ideología de cada cuál, y mientras no se entienda esto así, las cosas seguirán discurriendo por donde discurren.
Pero los miembros del Grupo Municipal Socialista prosiguen con su machacona actividad. Una labor que hacen, no sé si de forma incansable, pero en la que demuestra tener una moral a prueba de bomba, porque debe ser desalentador estrellarse, una vez y otra, contra un muro. Y una labor desilusionante, porque, en aquellas contadas ocasiones, en las que han visto aprobadas sus iniciativas, han podido comprobar después que desde el gobierno municipal se han guardado después en un oculto cajón a la espera de la noche de los tiempos.
Pero ya saben ustedes aquello de que el sentido común es el menos común de todos los sentidos.
Y en esas seguimos estando.
Don Agustín “El Fantasma del Torreón”