Quislant hace promesas sobre la compra de purificadores de aire para las aulas que saca del diario ‘AS’, mientras Ayuso destina 1,5 millones para la adquisición de medidores de CO2. Puf
Hace unos días nos hacíamos en El Correo de Pozuelo una pregunta sobre la promesa de la alcaldesa Quislant de instalar próximamente alrededor de 160 purificadores de aire en todas las aulas de los colegios públicos y en las escuelas infantiles municipales con el objetivo de aumentar la seguridad de los escolares cuando están en clase y de seguir haciendo frente al Covid-19.
Y la pregunta era: ¿Alguien sabe si la promesa de la alcaldesa de Pozuelo de instalar 160 purificadores de aire en los colegios es verdad o es otro farol como los 80.000 tests?
Pero ni los colegios ni las AMPAs sabían nada y el mal tiempo era inminente y no se podrían abrir las ventanas para ventilar tantas veces como se estaba haciendo en las últimas semanas.
Era un problemón.
Ahora, la Comunidad de Madrid anuncia que destinará 1,5 millones de euros para adquirir medidores de CO2 con el fin de conocer si la ventilación de las aulas frente al coronavirus es la adecuada, según ha anunciado este jueves el consejero de Educación y Juventud Enrique Ossorio durante una intervención en la Asamblea de Madrid, en la que ha informado de que el Gobierno regional transferirá esta cantidad a los colegios para que adquieran estos aparatos.
El consejero ha señalado que el Gobierno regional va a realizar esta inversión tal y como se recogen en las instrucciones remitidas esta semana a los centros educativos madrileños.
Según Ossorio, se trata de un documento “muy útil” para los equipos directivos de los centros y en el que se responde a las dudas sobre la correcta ventilación en las aulas, “un aspecto de máxima importancia en estas fechas en las que se empiezan a registrar bajas temperaturas”.
Como norma general, la Comunidad de Madrid recomienda la ventilación natural cruzada en los espacios cerrados para evitar la transmisión del coronavirus, así como la reducción de aforos y el uso de mascarillas. Por ello, se considera necesario abrir las ventanas 15 minutos al entrar en un aula y la ventilación continua en aseos.
Tal y como se explica en el texto remitido a los centros, el CO2 se genera por la respiración de las personas, con lo que en espacios cerrados tiende a incrementarse. El nivel del aire exterior es de 400 ppm (partes por millón), y un valor entre 500 ppm y 700 ppm sería considerado como aceptable, por lo que en caso de llegar a 800 ppm, la ventilación sería obligatoria.
Además, no resulta necesario instalar un medidor en cada clase, ya que se pueden utilizar las denominadas ‘aulas testigo’, que permiten definir el comportamiento de la concentración para espacios similares en superficie y ocupación.
¿Qué pasó, entonces, en Pozuelo para que la alcaldesa prometiese lo de los purificadores de aire?
Pues que la señora Quislant, improvisando como siempre, no sabía que los purificadores de aire no son la panacea si no se instalan correctamente, incluso, pueden ser contraproducentes, ya que se puede creer que se está en un ambiente limpio y no es correcto.
Investigando, investigando… Hemos averiguado, por otro lado, que sí esos aparatos que quiere instalar la alcaldesa se tienen que tener en cuenta dos cosas:
1ª.- Se tienen que hacer instalaciones dimensiónadas a la superficie que se quiere tener purificada, con lo que conlleva una instalación bien de maquinas o canalizaciones, teniendo esto un alto coste. Hay que añadir la calidad de las maquinas y de los filtros, ya que estas tiene que tener gran capacidad de flujo de aire, con su homologaciones correspondientes, con capacidad de filtración de 0,3 micras, ya que según los estudios el COVID-19 mide unas 0,12 micras.
Se recomienda que, además de la filtración, se conjuguen con otras tecnologías como la luz ultravioleta (sin ser perjudicial para los alumnos) y la ionización
Y 2ª.- El mantenimiento de las máquinas y filtros, esto es una de las bases para que estos aparatos funcionen correctamente y eso genera muchas dudas.
O sea, que la promesa hecha por la alcaldesa Quislant de la instalación de estos purificadores en los colegios no fue más que otra absurda forma de hacerse una foto de la señora, motivada presuntamente por un asesor que, en su lectura matutina del periódico AS-Edición ONLINE, encontró un artículo sobre purificadores de aire en centros escolares, y lo lanzó, sin esperar o pedir asesoramiento técnico a la correspondiente concejalía del Ayuntamiento.
O sea, lo de siempre.
Cuando se gobierna por whatsapp, pasan estas cosas.
Manolo Pérez