El Fantasma de don Agustín critica el ansia del “Lazarillo” Fernández (Vox Pozuelo) por intentar aparecer en las fotos cuando lo que hace es rentabilizar la política de ELLA

Aquí, en esta villa de Pozuelo, pareciese como que quién no sale en las fotos no es nadie.
Por eso, en esas anda ahora el portavoz de Vox. Como quiere ser alguien, no hay foto en la que no intente obtener hueco. No va a ser ELLA la única que monopolice los medios. Hay que aprovechar cualquier situación, aunque no venga a cuento.
Ya sea como porta estandarte de la muleta o como invitado de piedra a la inauguración del puente-pasarela de la M-503. Lo de no estar presente en la escalinata de las Cortes, para sostener el inmenso bolso de la alcaldesa, fue, que quieren que les diga, un error imperdonable del que creo estará muy arrepentido.
Porque una cosa es descalificar a la izquierda, que no digo yo que no haya motivos para ello, y otra, bien distinta, es copiar a rajatabla la senda que han seguido sus más ilustres representantes.
Si a ellos les ha ido bien el método es cuestión de copiarlo.
Nada más lejos de mi ánimo que hacer comparaciones, pero es de todos conocido, que algunos de los más conocidos mandatarios de la izquierda hicieron uso y abuso de tres mecanismos infalibles para mantenerse en el poder: las purgas, el terror y el culto a la personalidad.
Mecanismos que, aquí, en la Casa, desde hace mucho tiempo se están aplicando.
Ya he renunciado a llevar la cuenta de los ceses o las dimisiones inducidas. Tampoco he tenido la picardía de ir apuntando las “deserciones” de funcionarios que han ido buscando mejores y más tranquilos destinos. En cualquier caso, siempre serían listas inacabadas. Todo puede ir a más.
Es cuestión de dar tiempo al tiempo. Porque el miedo aumenta, hasta hacerse insoportable, cuando no se sabe por donde va a soplar el viento cada día. Aquí fallarían hasta los más acreditados oráculos.
Pero sobre todo la imagen, el culto a la persona.
Es duro hacer política desde la oposición. Es difícil hacer sentir a los ciudadanos que existe una alternativa de gobierno. Y eso es más difícil, si cabe, aquí en Pozuelo.
Es preciso reconocer, que eso lo ha percibido muy bien, y pronto, el portavoz de Vox. Por eso ha renunciado a ser oposición y ha elegido el ser el “paje” de la alcaldesa. Es, sin duda, un trabajo más fácil y, quizás, mejor recompensado.
Les ha madrugado el puesto a los de “Ciudadanos”, que tampoco encuentran muy bien su camino en eso de hacer oposición y que ansían parecer que sirven para algo en el Ayuntamiento.
Ha sido más rápido, en esa lucha soterrada que existe entre los dos grupos, por hacerse más imprescindible para la alcaldesa.
El portavoz de Vox quiere salir en las fotos.
Pero no se da cuenta de que es utilizado, única y exclusivamente, para hacer el trabajo sucio. Y que la rentabilidad política de lo que hace, o dice, no se la lleva él sino otra.
Don Agustín “El Fantasma del Torreón”
Me temo, D. Agustín, que la chulería, prepotencia y altivez del recadero de la alcaldesa (alias el Lazarillo Fernández-Tomás) de Vox Pozuelo hará que sus palabras le entren por un oido y salgan por el otro.
Con su puestillo de simple concejal de pueblo se cree más que la propia alcaldesa, el afán por las fotos y el reconocimiento no se si debe responder a un posible delirio megalómano de quien no ha sido nada en su vida más que un vulgar empleado que hacía fotocopias en una reprografía y ahora va de gran señor junto con su señora. ¡Ay Madre! ¡De la estulticia del ser humano líbranos señor!
Muchas gracias por su participación. Saludos