A propósito del “aprobado general” de este curso que propone la ministra Isabel Celaá: ¿Es la descentrada ministra una seguidora del nazismo? ¿Por qué insulta a los profesores?
En uno de los libros de los ya lejanos tiempos de mis estudios universitarios leo: “Considera Hitler como una plaga la educación del pueblo; a los sometidos se les debía dejar el “beneficio del analfabetismo”” (Walter Theimer: Historia de las ideas políticas. Madrid, 1960).
Después de lo dispuesto por la ministra Celaá quien viene a decir que aunque seas analfabeto puedes obtener el título de bachiller (¿también el de formación profesional y en el futuro el universitario?) cabe preguntarse:
¿Es la descentrada ministra una disimulada seguidora del nazismo?
¿Cómo es posible que una profesora de bachillerato tenga tal ocurrencia?
¿Cuál será la labor de los profesores: Entretenedores o humoristas?
Lo que con toda certidumbre se puede afirmar es que como la celaáda se ponga en práctica, nuestro país retrocederá siglos en el mundo cultural e, incluso, profesional; que los centros de estudios serán un remedo del circo y que los profesores desempeñarán un papel similar al de los payasos.
¿Cabe mayor degradación?
Quienes sí tienen algún parecido con las ideas hitlerianas son los nacionalistas (¿acaso nazi-onalistas?) cuando niegan o dificultan el aprendizaje del español en los centros educativos de las regiones bilingües.
Es cierto que todos los que se instruyan en esos centros hablarán español, se pongan como se pongan los “hunos” y los otros, pero gran parte de ellos serán, son ya, semianalfabetos en la lengua materna hablada en más países, incluido el reino de España que es el suyo propio.
Y con el “beneficio del analfabetismo” quienes disfruten de él serán ciudadanos de inferior categoría profesional.
Cómo serán inútiles para muchas cosas, puede ser que, incluso, algunos se conviertan en rufianes (ver diccionario de la RAE)
Juan Pozuelo