El coronavirus ha puesto contra las cuerdas a la industria taurina: Se calculan pérdidas millonarias. Ganaderos y aficionados confían en volver pronto a disfrutar del espectáculo
Este 12 de mayo hubiera sido una tarde de toros en Madrid con sabor a fiesta. Habría arrancado la feria de San Isidro, la más importante del mundo, pero no ha sido así.
Por primera vez, no han sonado los clarines y timbales en Madrid en este mes de mayo, ni se ha engalanado su patrón por su feria taurina de San Isidro. Una feria truncada, como otras muchas, por la pandemia que ha paralizado al mundo entero.
Madrid se ha quedado sin toros en su mes de mayo, por primera vez en su historia, que se remonta hasta 1947. Una feria que mueve 72 millones de euros por todos los conceptos.
Los grandes eventos taurinos del año ya han sido cancelados y los toros va a ser enviados directamente desde las ganaderías al matadero ya que unos 12.000 toros están ahora en las dehesas y no van a ser vendidos para ninguna corrida. Los ganaderos pueden perder, según algunos expertos, hasta 100 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que la producción de un toro de lidia tiene un coste que ronda los 5.000 euros de los que, como mucho podrán recuperar entre 500 y 700 euros, mandándolo al matadero para carne.
El confinamiento podría suponer una estocada mortal para un controvertido espectáculo que el poeta granadino Federico García Lorca llamó una vez “la única cosa seria que queda en el mundo”.
“El peor de los escenarios es que no hubiera toros en todo el año. Eso sería dramático”, dijo a Reuters el ganadero Victorino Martín.
“Imagínate: llevamos seis meses o siete ya sin ningún ingreso por el parón invernal y ahora ponle un año más.”
El sector mantiene miles de puestos de trabajo, desde los toreros y sus equipos hasta los peones de las ganaderías y el personal de las plazas de toros. Todos estos empleos penden de un hilo en estos momentos.