Cuando la persecución viene de la puerta de al lado: El “blocking”, ese hostigamiento que una persona recibe por uno o varios vecinos de su Comunidad, sigue creciendo en Pozuelo
Otra vez, y van…, los datos del Ministerio del Interior rectifican la información de la Corporación Municipal pepero-pozuelera.
Sigue incrementándose la criminalidad en nuestra villa, el año que acabamos de echarnos a la espalda, 2019, ha sido un 8,2 % peor que el anterior y, desgraciadamente, no paramos de empeorar. No sé qué hacen Pablo y Susana con los medios humanos y técnicos con los que dispone la villa, aunque sí sabemos que económicamente están muy bien pagados (Corporación Municipal y policía local) al extremo que muchos quieren venir, aunque en este punto no se sabe si es por la soldada y/o por la benevolencia del servicio y sus mandos.
Mientras, quiénes seguimos pagando su dizque actividad, los habitantes de Pozuelo de Alarcón, nos preguntamos:
¿Dónde está la oposición, por cierto, en el apartado más importante para nuestras vidas y haberes?
Y el silencio, como respuesta, lo abarca todo.
Esto es lo que pasa, queridos convecinos, cuando no la hay…
Y mientras esto ocurre, Interior corrigiendo a Susana y a Pablo, la vida en Comunidad en la Villa se torna en tantas de las ocasiones más brusca y agresiva, producto de vecinos ajenos a saber convivir y querer manipular las vidas y costumbres de los demás a costa de lo que haga falta.
Se denomina “Blocking” y crece y crece sin parar.
Es el hostigamiento que una persona recibe por uno o varios vecinos de su Comunidad. Recogido como delito en el Código penal y castigado con penas de prisión y/o multa, pero nada fácil de probar y demoledor en cuanto a consecuencias.
Uno de los más importantes efectos que produce en los acosados es el estrés postraumático. Las víctimas tienen pesadillas, insomnio y cualquier comentario de los mismos, se percibe como una nueva amenaza.
Las personas acosadas sufren, además, depresión, ansiedad y MIEDO y en tantas de las ocasiones pueden, incluso, sentirse culpables de esa situación que les está robando la vida.
La presión llega a ser tan grande, para los afectados, que puede inducirles a conductas suicidas, sin el más leve sonrojamiento de los provocadores de tal situación.
Estos psicópatas “normativos” son individuos fríos y calculadores, con conductas asociales, son verdadera escoria social y moral que incluso encuentran ese hostigamiento a los acosados como algo “normal”.
Utilizan, sin dudar, el victimismo y la mentira, como los kleenex cuando uno está acatarrado, y dado que no hay conciencia, ningún problema los detiene.
Arruinar vidas y familias son el aliciente mayor de su hostigamiento que se refleja en el derrumbe físico y psíquico de sus víctimas.
Una buena recomendación es, si la situación económica de los afectados lo permite, cambiar de casa, solución que no siempre es posible, más allá de la derrota moral por dejar lo tuyo por culpa de un psicópata normativo y que te deja a expensas de la ley, ley que encuentra excesiva dificultad en probar el derribo hacia los agredidos para poderlos defender.
La proximidad a una situación similar, aquí en La Estación, en nuestro Pozuelo de cada día, me está mostrando la dificultad de trasladar en pruebas, más allá de los hechos por mí constatados, la maldad de estos “delincuentes vecinales” que, además, encuentran en la envidia y sus propias miserias y sinsabores el cargador necesario para alterar y destrozar a sus convecinos: su incapacidad para amar y sentirse culpables, añadido a su falta de empatía, solo se ven superadas por su objetivo depredador hacia el sujeto elegido; en este caso todos los miembros de la familia. Y luego los ves, cual trió La La La en el AhorraMás, como si tal cosa.
No hay, en la actualidad, respuesta eficaz a este tipo de problemas, más allá del sentido común del resto de miembros de la Comunidad en donde se encuentre el vecino afectado, dejando a las víctimas, cuasi indefensas.
Sí, ya sabemos que hay ley, pero no parece un problema “tan grave” excepción hecha de los afectados.
Es una buena oportunidad para que, en nuestro Ayuntamiento, tan preocupados ellos por los votos y el “bon vivant” se trabaje para erradicar el acoso vecinal y desde las áreas de la Sras. García Molina y Rodríguez Morales, conjuntamente, con los efectivos del Sr. Gil Alonso se proteja, facilite y dé cobijo a los afectados por este problema, que crece y crece, aunque “casi” nadie lo quiera ver. Empezando por los propios vecinos, de los afectados, que pueden llegar a pensar que no es un “problema de ellos”…, hasta que los alcance.
El mal existe y las malas personas también, pongámosle freno entre todos.
A. Alejandre
También se da el caso contrario, que un vecino cree escándalos que hacen incomoda la convivencia al resto y tampoco nadie hace nada, ni policía ni juzgados
Muchas gracias por su participación. Saludos