El Fantasma de don Agustín reflexiona sobre la temporalidad de los eventuales en el Ayo. de Pozuelo: Todo está basado en la confianza de la alcaldesa Quislant y esa confianza es efímera
Me da cierto pudor tener que reconocerlo. Y no es que, a estas alturas de mí “no vida”, el orgullo sea uno de mis principales defectos. Pero no es fácil tener que confesar lo que se me alcanza como una pérdida de facultades. Y menos, hacerlo de forma tan pública y notoria.
Porque sucede que siempre me he vanagloriado de tener muy buena cabeza. Y más aún, buena cabeza para acordarme de los rostros de las personas y de sus nombres. Pero, de un tiempo a esta parte, me viene sucediendo que o bien ando algo despistado o que ya no soy el que era.
Lo digo, porque cuando me cruzo por los pasillos del Ayuntamiento de Pozuelo con algunos de los que aquí moran, los confundo, e incluso no llego a saber quiénes son.
Puede que esto, qué les voy a decir, les suene a ustedes a mala disculpa, pero creo que gran parte de lo que me acontece, viene motivado por la circunstancia de que, de un tiempo a esta parte, no cesan de aparecer y desaparecer gentes distintas por “la Casa”.
Antes, los grandes cambios se producían cada cuatro años. Venían nuevos inquilinos, al principio, eso sí, algo despistados. Se aposentaban en sus despachos y allí pasaban una larga temporada. Tenía tiempo de conocerlos, de saber de sus debilidades, de sus capacidades y de sus carencias. Se me iban haciendo, poco a poco, casi familiares.
Pero ahora, les confieso que esto es una locura. Un constante ir y venir.
¡Pardiez! ¡Si ni siquiera les da tiempo a calentar el sillón!
Y menos a mostrar sus habilidades, si es que alguna vez las han osado tener.
Y no les hablo de los trabajadores habituales, de los de plantilla, les hablo de lo que en “la Casa” se vienen conociendo como “eventuales”. De esos que también se conocen por estos lares como “personal de confianza”.
Ya habrán advertido vuesas mercedes, que les viene como anillo al dedo la denominación de eventuales, por aquello de durar poco en su oficio.
Pero han de advertir también, si ya no lo han hecho, lo poco afortunada que resulta la definición de personal de confianza, más que nada por lo poco que ésta les viene durando.
Vamos, que se podría decir de ellos, si me admiten la maldad, que entran en “la Casa” como “personal de confianza” y salen de ella como “personal de desconfianza”
¡Desconfianza, … esa es la palabra clave!
¡Qué torpe he sido! ¡Cuánto me ha costado verlo!
Desconfianza de los de arriba con los de abajo, pero también de éstos con los superiores.
Ya se decía en mis tiempos, que siempre es peligroso, para un cortesano, no entender los secretos deseos de un rey. Pero cuan más funesto es aún, haberlos entendido demasiado bien.
Don Agustín “El Fantasma del Torreón”
Por favor echar un ojo a Pozuelo estación, una zona abandonada, llena de construcciones horrendas, con tiendas que se cierran y otras que “milagrosamente” prosperan, a costa de transeuntes y garajes quenose a ren debidamente, de una calle que ha hecho suya la cafetería/librería que pone mesas en mitad de la calle, digo yo que algún enchufe tendrá.
Muchas gracias por su participación. LO miraremos. Saludos
Hola me gustaría en relación al parking de la plaza que todos hemos pagado,saber si podrías apretar un poquito desde aquí, para que las dos primeras horas al igual que en el CC zielo y el CC torreón, sean gratuitas y así poder hacer compras en el centro y levantar el comercio y la vida de la plaza. Se que es mucho pedir, pero desde vuestra plataforma quizás nos escuchen ya que como ciudadano independiente han pasado de mi. Que os parece estáis de acuerdo??
Muchas gracias por su participación. Tomamos nota y, además, estamos de acuerdo. Saludos