La falta de respeto de la policía municipal con los vecinos de Pozuelo en el contexto socio-político-económico de la ciudad y la debilidad del Gobierno
La falta de respeto que la policía municipal ha tenido con los vecinos de Pozuelo de Alarcón al multarles indiscriminadamente con nocturnidad y alevosía para presionar al Gobierno de la ciudad en su propio beneficio hay que enmarcarlo en el contexto socio-político-económico de Pozuelo y la debilidad que muestra el Gobierno Quislant en toda su gestión. Y no se puede entender de otra manera.
Antecedentes:
La policía municipal de Pozuelo ya ha usado esta técnica de presión. Que yo recuerde, ya lo hicieron en mayo de 2011, poco antes de las elecciones municipales de aquel año. Entonces, a las cuatro de la madrugada también, multaron al aliguí a coches que estaban aparcados, curiosamente y con toda la intención política del mundo, en las cercanías de la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación y de la Iglesia de Santa María de Caná. Sus líderes sindicales pensaban que así obligarían a los votantes del PP a presionar al Gobierno pepero. Y digo aliguí porque multaban jugando al ‘pinto-pinto gorgorito’. Otros, en cambio, aseguran que jugaban con aquel popular estribillo de ‘este sí, este no, este me gusta me lo multo yo’.
Era muy fácil. Como robar a una anciana. El Gobierno de Gonzalo Aguado era muy débil en aquel momento (curiosamente, había concejales que siguen ahora). Estaba azotado por la dimisión de Jesús Sepúlveda, acusado de pertenecer a la trama Gurtel; el PP estaba vapuleado en toda la Región; el propio Aguado solo pensaba en marcharse y Gerardo Sampedro, que ya era concejal de Seguridad entonces, jugaba al escondite inglés con el conflicto.
No recuerdo qué reclamaba la policía municipal de Pozuelo por aquel momento (creo que más pasta) pero era de cajón que, viendo el panorama político, decidiese complicarle la vida al Gobierno.
Actualidad:
Ahora también piden pasta. Son unos privilegiados pero, como siempre pasa, quieren ganar más. Y no hay más que comparar su sueldo y sus situaciones laborales ‘comprometidas’ con las que hay en otros pueblos y ciudades de la Comunidad de Madrid.
También ahora, curiosamente, se dan aquellas mismas circunstancias más una.
Ahora se da la circunstancia de que acaba de empezar la vista oral del tema Gurtel y piensan que el Gobierno de Pozuelo estará temeroso como el de entonces. Y ciertamente lo está. Pero no está temeroso por el Gurtel sino por su propia debilidad. Especialmente por la inseguridad que muestra Susana P. Quislant, una alcaldesa muy débil que oculta esa debilidad en las broncas que le mete a todo el mundo, confundiendo carácter con mala educación.
Y es débil, además, porque trabaja poco y porque no hace más que mostrar gestos políticos de querer irse. Como Aguado. Lo sabe todo el mundo en el Ayuntamiento. Y es más débil, en este caso concreto, porque sigue teniendo a un concejal de Seguridad que, ahora, en lugar de jugar al escondite inglés, juega a ‘pies quietos’.
Es una situación parecida. La circunstancia que se añade a la de 2011 es que, ahora, la policía sabe que el Gobierno presume de tener dinero. Mucho dinero. Blanco y en botella.
Es el momento, por tanto, de hacer, irresponsablemente, el payaso en el Homenaje a la Bandera y de echarse al monte poniendo multas por doquier. Entonces pensaron arrasar zonas peperas. En este momento, no. En este momento, las zonas de la razia tenían que ser de clase media y media baja con la esperanza de que fuese la oposición quien también les apoyase al tratar de defender a sus votantes. Error.
Un error de primero de política. La oposición sí defenderá a sus votantes pero no para presionar al Gobierno ya que eso sería una locura. Los apoyará contra la propia policía municipal. La mayoría de los miembros de la policía no vota en Pozuelo. En cambio, los multados si votan todos en Pozuelo. Si los vecinos sospechasen que la oposición defendía a la policía atacando al Gobierno, les esperarían en las elecciones.
En cualquier caso, a mi entender, la policía municipal de Pozuelo o sus líderes sindicales han mostrado una manera de actuar de otro tiempo y de otro lugar. Se han quedado atrás. Policía antigua. Políticamente, no han salido del siglo pasado. Quizás porque su concejal sigue en el siglo pasado
Conclusión:
En la radio siempre se dijo que los oyentes se ganaban de uno en uno y se perdían de cien en cien. Era una máxima que todos conocíamos desde el primer día. Ahora esa máxima se podría aplicar al prestigio y confianza de la policía municipal de Pozuelo de Alarcón. Un prestigio y una confianza que se gana vecino a vecino pero que se pierde de cien en cien. Como lo han hecho ahora machacando a los vecinos.
Y es que, al menos en la radio, también se decía que vales lo que vale tu último programa.
En los servicios públicos pasa lo mismo y la policía municipal lo es: los sirvientes valen lo que vale su último servicio.
El Capitán Possuelo
Estimado Capitan Possuelo, noto que usted es un Policía frustrado. Deje de difamar e infórmese de lo que pasa realmente en el seno del ayuntamiento para con la Policía Municipal. Deje de decir tantas barbaridades y cambie sus fuentes porque parece que no sabe por donde van los tiros en toda ésta situación.
Deje de darse fama a base de querer poner a los trabajadores municipales por los suelos. Esos mismos que velan por solucionar los problemas que usted mismo pueda tener algún día. su actitud es ABURRIDA. Sus artículos ya son demasiado “olorosos”. Se ve que usted es un ciudadano modelo y nunca ha tenido que “tirar ” de éstos “privilegiados que luchan por un puñado de euros”.
Utilice su lenguaje acerbo para intentar solucionar los problemas reales de su municipio y deje a la gente que viva tranquila y sacando sus propias conclusiones.
Que sea usted muy feliz…
Muchas gracias por su participación. Saludos