Telemadrid, ese juguete de 80 millones de euros al año de todos los madrileños para pagar los egos de tanto papanatas. Y hablo del juego que se traen Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado
Pero ¿qué pasa con Telemadrid?
Desde luego no parece que a nadie le importe la calidad de su información, tampoco de su programación. Telemadrid sólo importa en función del beneficio político que se pueda sacar de ella o del perjuicio que pueda ocasionar al adversario o al enemigo, que no siempre son los mismos.
En este momento, la dirección de la cadena parece haberse decantado por Ciudadanos ¡allá ellos! Pero lo que está claro es la falta de sintonía entre la actual presidenta de la Comunidad de Madrid y la cúpula de la televisión autonómica.
Ayer mismo, en una entrevista a un medio nacional la presidenta Ayuso reconocía que no había concedido ninguna entrevista a la televisión autonómica y mostraba su malestar frente a la hostilidad de la cadena, si bien es verdad que contestaba con un escueto “no” a la pregunta de si pensaba cerrarla.
Curiosamente, Ayuso fue la diputada encargada de defender la nueva Ley de Radio Televisión Madrid, promovida por Cifuentes a su llegada a la Puerta del Sol con el claro propósito de tener un aliado en la tele regional y, cómo no, buscar beneficio político criticando la valiente decisión de sus antecesores, Aguirre y González, de realizar un ERE que ajustase la plantilla de Telemadrid, claramente sobredimensionada.
Pues bien, Ayuso, que como digo fue la encargada del debate de la Ley Cifuentes en 2015, utilizó argumentos como: “se han hecho salvajadas poniendo en tela de juicio la cadena” y anunciando el nacimiento de un “nuevo periodo” de fraternidad entre el gobierno y el ente público.
Pero los tiempos parecen haber cambiado de nuevo y los intereses también, y ahora la presidenta Ayuso considera que Telemadrid ya no es un servicio esencial, incluso su actual jefe de gabinete, el juicioso, reflexivo y cauteloso Miguel Ángel Rodríguez, habla vía tuit (su medio oficial por excelencia) de “trama de contratos irregulares” de la cadena.
La realidad es que el director de la televisión pública, José Pablo López, no tiene relación alguna con la presidenta de la Comunidad y como mucho, y con dificultad, se le pone al teléfono el Director General de Medios, Nacho Mostazo.
Y ,mientras (¡cómo no!) el Sr. Aguado intenta aprovechar la situación, defendiendo a capa y espada la cadena para que le permitan lucir palmito en la pantalla regional, eso sí, en franca competición con su consejero Garrido al que también le pone mucho salir en la tele.
Y yo me pregunto ¿de verdad hace falta un juguete de 80 millones de euros al año de todos los madrileños para pagar los egos de tanto papanatas?
Dracarys