Madrid es la región con mayor esperanza de vida de la Unión Europea, pero para la izquierda madrileña si no fuese por Madrid Central los muertos serían caterva. Y solo es leninismo
La Comunidad de Madrid es la región de la Unión Europea (UE) con mayor esperanza de vida, con una media de 85,2 años, según un estudio publicado por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, que establece una expectativa media de 87,8 años para las mujeres y de 82,2 años para los hombres.
La esperanza de vida media en la Unión Europea para los nacidos en 2016 se estableció en 81 años, con una perspectiva de 83,6 años para las mujeres y de 78,2 años para los hombres, según los datos contenidos en el informe “Libro Regional Anual de 2018” publicado esta semana por Eurostat.
No obstante, desde el mes de diciembre pasado, un gran número coches de madrileños no pueden entrar en lo que el Ayuntamiento de Madrid ha llamado Madrid Central, una especie de paraíso comunista del Medio Ambiente y algo muy propio de la ideología leninista que ha estado gobernando el Consistorio madrileño hasta el 26 de mayo pasado.
Un paraíso comunista, dicho sea de paso, nada improvisado pese a lo que crean y digan algunos ilusos. Madrid Central es una acción leninista perfectamente pensada, diseñada y realizada y basada en una supuesta mejora de la calidad del aire que respiran los madrileños.
Una acción de ingeniería social del gusto de la extrema izquierda, disfrazada de argumentos ecológicos y saludables contra los que resulta difícil oponerse de entrada. “La derecha quiere que los vecinos enfermen de cáncer”. Y contra leitmotiv tan demoledor no es fácil luchar.
Madrid Central es una operación en la que, como casi siempre, sale perdiendo la libertad que es el fin de todo este tinglado y que no debería consentirse.
Una operación, por cierto, que empezó hace tiempo con aquellas medidas sobre el control de la velocidad en la M-30 y demás zarandajas que, supuestamente, mejorarían la boina de contaminación sobre Madrid cuando, en realidad, lo que buscaban los dirigentes del Ayuntamiento era que los madrileños se empezasen a acostumbrar a mirar cada mañana lo que el Gobierno de la Ciudad (la élite) había decidido.
El Gobierno de la Ciudad (la élite) decide lo que debe hacer el ciudadano cada día y el ciudadano debe acostumbrarse a mirar cada mañana qué ha decidido esa élite. Y lo terrible es que los madrileños se empezaron a acostumbrar.
Después vino la reforma de Gran Vía porque el contribuyente a pie está indefenso y el coche solo es un símbolo de riqueza. Y más tarde la dirección única de las calles Preciados y Carmen… (era El Muro de Pink Floyd). Pero ya todo empezaba a dar igual. Y aunque la gente protestaba por el caos, el caos es otro principio leninista. A peor, mejor.
Y por fin, Madrid Central. Un Madrid Central en el que solo entra quien el Gobierno de la Ciudad (la élite) quiere. Madrid siguió igual de sucio y mantuvo sus mil problemas más (seguridad ciudadana, incluida) pero nada importó. Lo que importaba era que el Gobierno de la Ciudad (la élite) lo controlase todo. Es quien decide quién entra y quién no. Incluso, quien puede visitar a los que viven dentro de este nuevo “Muro de Berlín”. Y a más caos, insisto, mejor.
Madrid Central es ideología, estúpido. Ese debería ser su eslogan.
Madrid Central es un ejemplo típico del manual del perfecto comunista, en su edición más leninista. Todo para las masas (en este caso, para velar por su salud). Incluso, le hacen creer que son ellas quienes toman las decisiones gracias a las tecnologías de la información, pero sin que esas masas puedan acceder directamente a las decisiones cruciales de la política. En Madrid, hubo mil ejemplos de esto: Desde los presupuestos participativos hasta las votaciones sobre la Plaza de España. Paparruchas. Gobierno de la Ciudad (la élite) no negocia con nadie.
Madrid Central fue el primer paso hacia la Ciudad de la Resignación. Perdió la libertad.
Eso sí, de la mano de una viejecita amable e indefensa y con el beneplácito de un PSOE desideologizado y perdido en manos de un insensato.
Madrid es la región con mayor esperanza de vida de la Unión Europea, repito, pero, según la izquierda, los madrileños tenemos que andar por la calle apartando los cadáveres de los miles de muertos por la contaminación.
Juan Pozuelo